Bullying y ajuste psicosocial en adolescentes de escuelas medias

SANTIAGO RESETT

Brasilia

Congreso; XXXIV Congreso Interamericano de Psicología; 2013

Sociedad Interamericana de Psicología

En los países del primer mundo está sólidamente establecido que el bullying (acoso escolar) es una importante problemática con significativos costos psicosociales. Asimismo, es una de las principales fuentes de estrés a las que están expuestos los alumnos. Así el ser víctima del bullying se asocia con problemas emocionales, mientras que el ser agresor se relaciona con problemas de conductas (Nansel, Craig, Overbeck, Saluja y Ruan, 2004; Olweus, 1993). No obstante, pocos estudios empíricos se han desarrollado en la Argentina con instrumentos con sólidas propiedades psicométricas para medir este importante constructo. Por otra parte, la violencia entre pares ?a diferencia de otros tipos de violencia, como la marital o la parental- es una de las menos estudiadas, no solamente en la Argentina, sino también en el extranjero. Por todo lo dicho, la presente investigación tuvo como propósito: en primer lugar, establecer los niveles de victimización y de agresión y, en segundo, determinar los correlatos de problemas emocionales y de conductas en uno y otro grupo, respectivamente.  Con este fin se aplicó el cuestionario revisado de agresores/víctimas de Olweus (1996) y mediciones de problemas emocionales (depresión, ansiedad y autoestima) y de conducta (conducta antisocial, agresividad y problemas de atención) a una muestra intencional de 471 adolescentes de escuelas medias (M = 14,13, S = 1,5; 46% varones) de la provincia de Entre Ríos, Argentina. Se comprobó que un 21% de los alumnos había sido victimizado, mientras que un 10% había hostigado a sus pares. Estos porcentajes eran bastante más altos que los encontrados en los países del primer mundo, como Noruega. Al comparar los niveles de depresión, ansiedad y autoestima entre aquellos alumnos que habían sido víctimas del bullyng versus los que no lo habían sido (MANOVAs análisis de perfiles), los resultados sugirieron que el ser víctima era un importante factor de riesgo para experimentar problemas emocionales (eta parcial al cuadrado 5%), debido a que los alumnos agredidos presentaban mayores niveles de depresión y ansiedad. Al comparar los agresores versus el grupo restante (MANOVAs análisis de perfiles), se observó que los perpetradores del acoso sufrían de mayores niveles de conducta antisocial, agresividad y problemas de atención (eta parcial al cuadrado 8%). Estos hallazgos concuerdan con los de estudios llevados a cabo en el extranjero, los cuales indican que tanto la victimización como la agresión son importantes factores de riesgo para la salud mental de los adolescentes.