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La Cátedra Libre Extracurricular de Recursos Hídricos Pampeanos de la UNLPam organizó el 16 de mayo el Seminario: El efecto de la invasión de especies exóticas en humedales. Caso de estudio: el tamarisco en el Río Atuel, a cargo de la doctora Evangelina Natale. El seminario incluyó además, una vista a los humedales del río Atuel y Salado que permitió dimensionar y contextualizar la problemática del tamarisco fundamentalmente en la cuenca del río Atuel.La distribución de los tamariscos en los humedales de los ríos Atuel y Salado muestra una estrecha vinculación con la expresión hidrológica, de expansión y contracción, del humedal. La existencia de un régimen hidrológico modificado por acción antrópica, caracterizado por escurrimientos intermitentes, muy atenuados e invernales, resulta en la ocurrencia de condiciones muy favorables para la distribución del tamarisco. Así, las áreas más afectadas son los sectores de bañados en inmediaciones de la Puntilla y aguas abajo de Algarrobo del Águila, donde la permanencia del agua en los meses invernales hasta inicios de la primavera, beneficia la masiva germinación de los tamariscos. La periodicidad de ese fenómeno, resulta en bosques muy densos y monoespecíficos de tamariscos, que por su carácter invasor reduce la biodiversidad natural, aumenta el área inundada porque disminuye la capacidad de conducción de cauces, y genera serios inconvenientes de manejo para los productores locales. En la actualidad estos bosques densos cubren un área de aproximadamente 35.000 hectáreas.La recuperación y conservación de los humedales de los ríos Atuel y Salado requiere en consecuencia de un plan de manejo que integre tanto los aspectos hidrológico como control de especies exóticas. Las acciones a seguir deben implementarse por etapas y contemplar la estrategia de ocupación del espacio del tamarisco. De acuerdo a las observaciones los eventos de inundación intermitentes favorecen que las semillas germinen y se establezcan. En consecuencia, primeramente es necesario poder disponer de agua que active los humedales y genere una conectividad hidrológica del sistema, a los efectos de evitar la actual ocurrencia de pulsos de agua caracterizados por exiguos caudales y de calidad deteriorada, que favorecen la colonización del tamarisco. Esto debe estar acompañado por una gestión conjunta con los diversos actores en la cuenca que permita la priorización de sectores donde sea posible reencauzar el agua en canales existentes y aplicar diferentes técnicas de control del tamarisco y tareas de revegetación con especies nativas propias del sistema de humedal.