Pierre Bayle: sobre las objeciones invencibles de la razón

FERNANDO BAHR

Buenos Aires

Workshop; El orden y las buenas razones para crear: Leibniz, sus antecedentes y su herencia; 2019

Facultad de Filosofía, Universidad Católica Argentina

En este trabajo recordamos la crítica que el escéptico francés Pierre Bayle dirige a las teologías de su tiempo a partir de ciertas observaciones centradas en el problema del mal y conocidas bajo el nombre de ?objeciones maniqueas?. Dividimos el mismo en cuatro apartados. El primero -"Las reglas de la discusión"- analiza las condiciones en que Bayle establece el triunfo de las objeciones mencionadas, condiciones de estricta horizontalidad filosófica. El segundo -"La fe y la razón según Leibniz"- compara las condiciones estipuladas por el escéptico de Rotterdam con la respuesta que elabora Leibniz en sus Essais de Théodicée. Mostramos en este sentido que, al introducir la noción de "misterio", Leibniz altera en forma decisiva el debate original y que, por lo tanto, su réplica deja intacto el problema. En el tercer apartado -"Acerca de las virtudes de un auténtico filósofo"- procuramos interpretar las diferentes actitudes que estos autores adoptan frente al tema en cuestión. Bayle se ubica como un informante objetivo del proceso a Dios; Leibniz, como un abogado de la causa divina. Bayle procura desenmascarar la ilusión; Leibniz intenta fortalecer al creyente. Estos dos cometidos están a nuestro juicio estrechamente relacionados con dos concepciones muy distintas de la fe: Leibniz postula una fe apoyada en el conocimiento de las perfecciones divinas; Bayle concibe la creencia religiosa como un ciego producto del prejuicio, de la educación o de la gracia. De esta última concepción nos ocupamos en el cuarto apartado: "El llamado a la humildad cristiana". Allí examinamos primero la forma en que Pierre Bayle presenta su fideísmo: como una consecuencia necesaria de la "novedad" cristiana frente al racionalismo griego. A continuación, y para terminar, argumentamos que el núcleo de la posición baylena se encuentra en una absolutización de la gratuitad de la fe, absolutización que resulta tan irreprochable en abstracto como resbalosa para el creyente que intente vivir en su realidad.