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Actualmente los pequeños productores agropecuarios son, en la Argentina y en otros países, población objetivo de diferentes programas de desarrollo y asistencia. Tradicionalmente, se ha pensando que la situación estructural pobreza en la que se encuentra gran parte de esta población, podría ser superada por medio del aporte de capital (herramientas, maquinarias, etc.) y de capacitación. Sin embargo, los resultados de estas iniciativas muchas veces distan de los deseados, lo que invita a incorporar nuevas estrategias y ángulos de análisis. Una de las dificultades más importantes con las que se encuentran los ejecutores de estas iniciativas, es que los argumentos y las propuestas basadas en la lógica técnica del profesional no siempre ?y aún ni siquiera en la mayoría de las oportunidades? generan cambios en la gestión productiva a cargo del campesino. Por esta razón, resulta necesario poder comprender la racionalidad interna de las estrategias del pequeño productor, para poder generar un diálogo fecundo entre ambas miradas, sin intentar sobreponer la lógica técnica a la del campesino, ya que esto ha demostrado limitada efectividad. Por esta razón, en este trabajo se exploran algunos aportes de la psicología a la comprensión de la racionalidad campesina. Así, se profundiza en el análisis la relación entre las representaciones (creencias) de los actores y sus estrategias de supervivencia desde diferentes marcos teóricos, con el objetivo de comprender el sentido que las conductas tienen para el propio actor. En este proceso, se trabaja con los ejemplos aportados por un estudio de caso realizado en la Argentina en cual se abordaron temáticas como la desconfianza y las prácticas cooperativas, la racionalidad económica y la representación de sí mismos que tienen los pequeños productores

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