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El inicio del siglo XXI encuentra a los estudios de historia religiosa en un proceso de fuerte crecimiento, no sólo por la multiplicación de los estudios empíricos, sino también por el enriquecimiento de la reflexión de carácter teórico y metodológico. Si bien la mayor atención ha sido dedicada al mundo católico, la agenda de los investigadores incorporó la historia de otras expresiones religiosas y de otras tramas de incidencia en la problemática, como las corrientes anticlericales o antirreligiosas. Además, las discusiones historiográficas comenzaron a sumar los aportes de una serie de estudios sobre espacios periféricos o de incorporación tardía al Estado, como los territorios nacionales, que ayudaron a repensar problemáticas y periodizaciones existentes. ¿Qué tipo de fuentes han sostenido estos trabajos? En correspondencia con el desarrollo historiográfico mencionado, si un historiador emprendiera la tarea de estudiar el papel de la religión en la sociedad argentina durante el proceso de conformación del Estado nacional y la primera mitad del siglo XX, debería transitar necesariamente un recorrido que incluya un grupo variopinto de fuentes no confesionales y confesionales. Aquí nos detenemos en un análisis de este corpus documental, y evaluamos sus alcances y limitaciones para la investigación histórica.