Aporías de la cultura. Perspectivas filosóficas y sociales.

PARENTE, DIEGO (CO-EDITOR); MISSERI, LUCAS (CO-EDITOR)

Universidad Nacional de Mar del Plata

Lugar: Mar del Plata; Año: 2011 p. 104

978-987-544-385-3

El presente volumen se encuentra dividido en dos grandes secciones temáticas. La primera de ellas está dedicada a dilucidar las relaciones entre cultura, lenguaje y estética. Catalina Barrio, en su artículo “Experiencia cultural y juicio en Hannah Arendt” propone repensar desde la perspectiva de la filósofa alemana ciertas categorías inherentes a toda cultura como son las de experiencia, historicidad, juicio y tradición. Barrio sostiene, con Arendt, que existe una perplejidad moderna que se traduce como una falta de significación narrativa y como el hecho de no asumir la tradición heredada. El estatuto ideológico de la cultura es problematizado por Leandro Catoggio en su contribución titulada “Un análisis hermenéutico-crítico del estatus ideológico de la cultura a través del lenguaje”. Por medio de una relectura de ciertos conceptos de Gadamer y W. Benjamin, Catoggio defiende un análisis hermenéutico-crítico que sea capaz de, por un lado, deconstruir la sedimentación histórica del lenguaje y, por otro, construir una proyección de significados que posibiliten un modo de ser distinto del sujeto en su praxis interpretativa de mundo. Romina Conti, por su parte, en “Experiencia estética y cultura afirmativa” sugiere una revisión de la teoría de H. Marcuse cuestionando la aserción de que la superación de la cultura afirmativa provocaría la eliminación de la cultura en sí. Conti destaca esa paradoja de la teoría marcuseana al tiempo que procura liberar a la misma de las acusaciones de no poseer un tratamiento integral del concepto de cultura. La segunda parte de este volumen se ocupa de indagar las vinculaciones entre cultura, sociedad y técnica. Andrés Crelier -en su trabajo “La auto-reflexión y las condiciones conceptuales de la crítica moral a otras culturas”- se dedica a explicar algunas condiciones conceptuales de la legitimidad de la crítica moral intercultural. Lo que le interesa dilucidar a dicho autor es cómo es posible la crítica y también cómo no es posible. Su tarea reconstructiva conduce a la tesis según la cual existe un “conocimiento sintético” –en parte positivo y en parte restrictivo- que puede sacarse a la luz. En “Cultura, imaginario social y utopía”, Lucas Misseri analiza el primer concepto desde la particular perspectiva sociopolítica de la díada utopía-ideología y particularmente del concepto que los incluye: el de imaginario social. A partir de un análisis de las ideas de B. Baczko, C. Taylor y R. Maliandi, Misseri sostiene que en toda cultura hay imaginarios sociales en pugna, unos revolucionarios (utópicos) y otros instituyentes (ideológicos). Por último, Diego Parente –en su artículo “La dimensión cultural de los artefactos técnicos en la ontología de G. Simondon”- procura discutir críticamente el tratamiento simondoniano de los aspectos culturales inherentes a los objetos técnicos. Con este objetivo, Parente analiza los puntos de contacto y de distanciamiento entre el enfoque simondoniano y el programa de Delft, para luego detenerse en el modo en que Simondon desatiende los aspectos intencionales que caracterizan a los artefactos. En resumen, el propósito fundamental del presente volumen consiste en señalar e indagar algunas de las aporías del concepto de cultura esclareciendo sus implicaciones filosóficas y sociales. Dicho intento teórico parte de la idea de que muchas de las aporías conceptuales aquí estudiadas resultan de vital interés para abrir nuevas perspectivas para el análisis de las condiciones de la vida contemporánea y, consecuentemente, para el despliegue crítico de las posibilidades de transformación social.