INVESTIGADORES
PARENTE Diego Carlos
capítulos de libros
Título:
Artefactos, organismos e intenciones: un mapa sobre la cuestión ingoldiana
Autor/es:
PARENTE, DIEGO
Libro:
Bios y Sociedad I. Actas de las I Jornadas Interdisciplinarias de Ética y Biopolítica.
Editorial:
Universidad Nacional de Mar del Plata
Referencias:
Lugar: Mar del Plata; Año: 2012; p. 165 - 177
Resumen:
Una de las discusiones cruciales del debate contemporáneo en filosofía de la técnica remite a las condiciones y rasgos de la artefactualidad y su vinculación con los agentes y sus intenciones. La problemática del estatuto de lo artificial no es un objeto exclusivo de la filosofía, sino que compromete a varias disciplinas sociales como la antropología, la sociología y también a las áreas vinculadas a su contraparte tradicional, la naturaleza. En su obra The perception of environment (2000), Tim Ingold (antropólogo social británico) ofrece un modelo naturalizado de hecho técnico que trabaja a partir de las nociones de skill (destreza) y environment (entorno) al tiempo que introduce una operación comparativa con la tecnicidad de animales no humanos. Dicho modelo combate a la denominada teoría intencionalista de los artefactos técnicos, cuyo núcleo es la idea de que existe algún tipo de relación constitutiva entre ser un artefacto y poseer un autor; más exactamente hay una dependencia contrafáctica entre el artefacto y un conjunto de rasgos intendidos por su autor. Si bien las posiciones dentro de este modelo conservan ciertos matices e idiolectos (Hilpinen 1992 y 1993, Thomasson 2007, Baker 2007, Dipert 1993), lo cierto es que el hecho de fundar la identidad ontológica del artefacto en aspectos intencionales de los agentes conduce a enfatizar una serie de problemas de autoría. Al mismo tiempo, favorece la entrada de vocabularios clásicos en la determinación del tipo de relación que implica la autoría, tales como el hilemórfico. Mi interés en esta comunicación es explorar si el modelo propuesto por Ingold constituye, en verdad, un modo fructífero de criticar al intencionalismo o si, más bien, incluye elementos aporéticos que debilitarían su fuerza argumentativa. La tesis que se sostiene aquí es la segunda. El planteo de Ingold permite pensar algunas debilidades del intencionalismo (su sesgo demiúrgico, su prejuicio hilemórfico, su desestimación de la materialidad y de la escena poiética) pero su naturalización radicalizada impide considerar un locus de la agencia que resulta decisivo en cualquier caracterización coherente de la acción técnica.