IIF   26912
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOSOFICAS
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Una vez más sobre el problema del realismo. Acerca de "propiedades independientes de nuestras descripciones"
Autor/es:
CLAUDIO CORMICK
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Congreso; I Jornadas Nacionales de Becaries Doctorales y Posdoctorales de Filosofía; 2019
Institución organizadora:
Universidad Nacional de San Martín
Resumen:
El antiguo problema del realismo cobró nuevas fuerzas enla filosofía del siglo XXI, a partir de los debates a los que dio lugar el?nuevo realismo? o ?realismo especulativo? propugnado por autores comoMeillassoux o Harman, y cuyos ecos pueden rastrearse incluso en autores deformación fenomenológica, como es el caso de Etienne Bimbenet con L?invention du réalisme. Sin embargo,predeciblemente, los debates que este renacimiento del realismo pone sobre eltapete distan de ser la propiedad exclusiva de una única corriente depensamiento. En este sentido, intentaremos poner en relación dos debatesconcernientes al problema del realismo pero provenientes de tradiciones muydiferentes. En primer lugar, abordaremos la crítica de James Tartaglia alneopragmatismo de Richard Rorty a propósito de la tesis de que la realidad es?causalmente independiente pero representacionalmente dependiente? de nosotros;esto es, el problema de qué propiedades de la realidad son ?independientes denuestras descripciones?. Como señala Tartaglia, detrás de una distinciónintuitivamente plausible se esconde una posición incoherente: hablar de?presiones causales? justamente esofrecer una descripción de una regiónde la realidad, y sencillamente privilegiar untipo de descripción, la causal, por sobre otras. En segundo lugar,tomaremos el debate reabierto por Meillassoux contra el denominado?correlacionismo?, nombre con que llama a las posiciones filosóficas a las queacusa de no poder dar cuenta de la circunstancia de que la realidad descritapor la ciencia es ?absoluta?, independiente de nosotros (ante todo, porque ellase extiende cronológicamente más allá de la existencia de seres conscientes). Estacrítica, por su parte, ha sido objeto de réplicas como la de Hallward, quien hareprochado a Meillassoux una confusión entre problemas epistemológicos yontológicos.Nuestra primera tesis alrespecto será que tanto la crítica de Meillassoux como las imprecisiones de lapropuesta de Rorty pueden ser respondidas identificando una confusión deplanos: la oposición entre -por un lado- propiedades de la realidad que sondependientes de nuestras descripciones y -por otro lado- las propiedades que nolo son no es la oposición entre -porun lado- lo que podemos decir de la realidad gracias a las evidencias de las quedisponemos y -por otro lado- lo que presuntamente podríamos decir de larealidad independientemente de las evidencias de las que disponemos. De hecho,es precisamente en el interior de nuestraactual imagen de la realidad, formada a partir de evidencias disponibles paranosotros, que podemos distinguir entre propiedades de lo real que sondependientes de nuestras descripciones y aquellas ?presiones causales? que nolo son; en otras palabras, es nuestro propio conocimiento el que se?trasciende? poniéndonos en contacto con una realidad que se nos da como independiente de nuestro acto de conocerla. Sinembargo -y esto nos conducirá hacia la segunda tesis que debemos defender-hablar de una realidad que se nos da comoindependiente del acto de dársenos puede suscitar la apariencia de queconcedemos con una mano lo que volvemos a tomar con la otra; que unarealidad-absoluta-según-nosotros no puede ser realmente una realidad absoluta. Pararesponder a esta crítica, nos apoyaremos en una analogía con el argumento deMartin Kusch en defensa de la tesis de que incluso si una distinción (comoverdadero/falso, o correcto/incorrecto) es internaa un sistema de reglas, y no independiente de él, esta relatividad a reglasno suprime la diferencia en cuestión. Del mismo modo, señalaremos, el hecho deque el carácter ?absoluto? de ciertos fenómenos solo aparezca así para nuestro conocimiento del mundo nosuprime su diferencia respecto de aquellos fenómenos que, también bajo laperspectiva de nuestro conocimiento,no gozan de tal absolutez.