AVANCES DE LOS ESTUDIOS PALEONTOLÓGICOS EN EL MEGA-YACIMIENTO AGUA DEL PADRILLO (MENDOZA, ARGENTINA): FAUNA DE TERÓPODOS Y PTEROSAURIOS

MARÍA BELÉN TOMASELLI; GUERRA, MAURICIO; FERNANDO NOVAS; BERNARDO GONZÁLEZ RIGA; CLAUDIO MERCADO; JUAN CANALE; ORTIZ DAVID, LEONARDO D.; JUAN PEDRO CORIA; KELLNER, ALEXANDER W.A.

Encuentro; 16 Encuentro del Centro Internacional de Ciencias de la Tierra E-ICES; 2021

El registro fósil de vertebrados fósiles terrestres del Cretácico del sur de la provincia de Mendoza está ampliamente dominado por dinosaurios saurópodos titanosaurios y quelonios, siendo muy escasos los restos de terópodos y cocodrilos. Sin embargo, en los últimos años el equipo de investigación del Laboratorio y Museo de Dinosaurios descubrió y estudió restos excepcionalmente preservados de pterosaurios y terópodos. Los restos fósiles de pterosaurios provienen de la Formación Plottier (Coniaciano superior-Santoniano inferior) y se identifican dos individuos de diferente tamaño y estadio ontogenético, a juzgar por la información brindada por la anatomía y la paleohistología. Los elementos axiales y apendiculares presentan caracteres autapomórficos que permiten establecer que ambos individuos pertenecen a una nueva especie del clado Azhdarchidae. El espécimen adulto es el pterosaurio más grande registrado en América del Sur, siendo además uno de los más grandes del mundo con una envergadura de 9 m. Por su parte, el espécimen juvenil representa uno de los esqueletos de Azhdarchidae más completos (preservado en tres dimensiones) a nivel mundial. Por otro lado, el terópodo hallado representa el registro más septentrional de abelisáuridos para la Cuenca Neuquina. Estudios comparativos con otros taxones hallados en el mismo intervalo temporal permitieron identificar claras diferencias, lo que identifica al espécimen estudiado como una nueva especie. Este hecho revela una llamativa diversidad de abelisáuridos para el Santoniano. Los resultados permiten, por un lado, clarificar las relaciones filogenéticas entre los braquirostros de divergencia basal (del Cenomaniano-Coniaciano) y los abelisáuridos derivados (del Campaniano-Maastrichtiano). Además, permiten robustecer las interpretaciones paleoecológicas que posicionan a los abelisáuridos como los principales depredadores del Cretácico Superior de Patagonia.