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La apertura del sistema político argentino a partir de la reforma de 1912 marcó en la provincia de Santa Fe el acceso del radicalismo a la gobernación permitiendo una larga hegemonía de las distintas facciones del partido radical en dicha provincia. Si bien como sostienen Macor y Piazzesi , esta situación contribuyó a convertir la competencia electoral en una interna partidaria del radicalismo, permitiéndoles resolver dentro de sus fronteras identitarias los dilemas de la alternancia en el poder provincial hasta 1930. En este caso, consideramos que ya para 1928 las líneas de fractura dentro del radicalismo santafesino se tornarán irreconciliables, desatando una crisis interna que sólo será resuelta con la llegada del golpe de Estado de 1930. Como ha señalado Giovanni Sartori, un partido ?es una suma de individuos que forman constelaciones de grupos rivales?, y que si ?se le observa desde dentro, puede ser incluso una confederación flexible de subpartidos? , por lo tanto la fragmentación al interior de los partidos no constituye un comportamiento anómalo. Sin embargo, en el contexto santafesino a pesar de que la elección para la presidencia a nivel nacional durante el mes de abril de 1928 va a venir a reafirmar el ?plebiscito? de Yrigoyen las tensiones y la fragmentación, contenidas durante 1926 y 1927 dentro del radicalismo yrigoyenista por la influencia del líder y por la presión Antipersonalista, no tardarán en reaparecer una vez alcanzado el triunfo para la gobernación. Llegando a su punto de quiebre en el momento en que los conflictos sociales que se desatan durante 1928 en la ciudad de Rosario y la provincia lleguen a su punto más álgido.Dados estos preceptos, nos proponemos elaborar un historia política del devenir partidario del radicalismo en Santa Fe, analizando su dinámica política concreta y su articulación partidaria en determinadas coyunturas electorales. Poniendo el foco de atención en la provincia de Santa Fe en el con el surgimiento de dos facciones los Radicales Yrigoyenistas (personalistas) y los Radicales Unificados (antipersonalista). En este sentido nos centraremos en las prácticas políticas llevadas adelante durante la coyuntura 1926-1930 por estas facciones, que capturarán el espacio del oficialismo y oposición alternativamente, en un momento de retracción de la tercera fuerza política de la provincia como lo era el Partido Demócrata Progresista.