ISHIR   26797
INVESTIGACIONES SOCIO-HISTORICAS REGIONALES
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Lo permitido. Prácticas deportivas, actividades culturales y eventos académicos en la Universidad Nacional de Rosario durante la última dictadura militar
Autor/es:
GRIMI, SABRINA
Reunión:
Jornada; XIV JORNADAS DE SOCIOLOGÍA. Sur, pandemia y después; 2021
Resumen:
Desde 1975, en el marco de la llamada “misión Ivanissevich”, se fueron estableciendo en la Universidad Nacional de Rosario (UNR) una serie de normativas e instrumentos que apuntaron a una “normalización” académica y que trajeron consigo la progresiva imposición del control y la disciplina sobre la comunidad universitaria como así también la gradual obturación de los canales de activismo y participación estudiantil. Entre las medidas adoptadas, se hallaba la disposición de desalojar rápidamente los locales que ocupaban las agrupaciones y centros de estudiantes. A ello se solapó algunos meses después el cierredel comedor universitario, un espacio fundamental para la sustentabilidad económica estudiantil, y una representación icónica del estudiantado, en el que se tejieron vínculos de sociabilidad y se entrelazaron prácticas políticas, militancias, experiencias e historias de vida. Producido el golpe de Estado, aquellos instrumentos no solo se ampliaron y profundizaron notoriamente, sino que además se engranaron dentro de una estrategia represiva más amplia diseñada por el régimen militar. Concebidas como “reductos subversivos”, las universidades nacionales fueron inmediatamente intervenidas. La UNR quedó en manos del delegado militar Joaquín Sánchez Matorras hasta el mes de agosto cuando se dio inicio a la gestión civil de Humberto Riccomi como rector interventor, quien se desempeñó en el cargo de forma continua hasta 1983. Durante aquel período, se implementaron diversos mecanismos para llevar a cabo la “normalización” de los claustros: la limpieza administrativa, materializada en las numerosas cesantías, bajas y renuncias de agentes que prestaban servicios; los dispositivos represivos, de control y disciplinamiento; y las políticas ligadas a un “reordenamiento” académico. En ese marco, se prohibió la actividad política en las unidades académicas, se disolvieron las organizaciones y agrupaciones estudiantiles y, para impedir que se lleven a cabo reuniones o asambleas, se autorizó el acceso de las fuerzas de seguridad a las facultades. A su vez, la cotidianeidad universitaria se vio alterada desde diversas esferas (Grimi, 2020). De tal manera, se produjola supresión de ciertos espacios académicos y de participación política, como así también el cercenamiento de determinadas prácticas y actividades estudiantiles de diverso carácter. No obstante, existieron otros/as que sí fueron permitidos/as, fuese porque no eran tipificadas como “peligrosas” por las autoridades o bien porque constituían iniciativas, proyectos o políticas impulsadas por los propios elencos de gestión que, lejos de servir a los intereses de la “subversión”, abonaban a la construcción del tipo de estudiante que se pretendía moldear. Centrándonos particularmente en el período militar, esta ponencia aborda las actividades, prácticas y espacios que, frente a lo prohibido, se pensaron, ofrecieron y habilitaron al estudiantado dentro de la órbita universitaria. Por un lado, nos preocupa indagar quiénes promovieron dichas políticas, en qué consistieron y qué objetivos persiguieron las acciones llevadas a cabo, y cuál fue su recepción en el claustro estudiantil. Por el otro, identificar si aquellas emergieron en esa coyuntura como algo “novedoso” o más bien ya se venían desarrollando y mantuvieron su continuidad con un impulso significativo. En esa línea, analizaremos en primer lugar la cuestión deportiva en el ámbito académico. En segundo término, abordaremos un conjunto de políticas, acciones y actividades que se enmarcaron dentro del concebido plano de la cultura, y buscaron articular esta dimensión con los fines académicos y educativos. Por último, entre los espacios “permitidos”, exploramos las derivas de la Casa del Estudiante de la Facultad de Ciencias Médicas (FCM), una residencia estudiantil dependiente de dicha facultad cuya reactivación se produjo en los años finales de la dictadura militar