IIPSI   26795
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES PSICOLOGICAS
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Espacialidades ¿áulicas? y construcción de identidades en la Escuela Secundaria
Autor/es:
GUIDO GARCÍA BASTÁN
Reunión:
Jornada; X Encuentro Interdisciplinario de Ciencias Sociales y Humanas. Las Urgencias del Presente, Desafíos actuales de las Ciencias Sociales y Humanas; 2019
Institución organizadora:
Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC
Resumen:
Históricamente, la gestión del espacio ha sido una de las claves del control disciplinario en el ámbito escolar. No referimos sólo a su arquitectura panóptica (Foucault, 2008) o a la distinción categórica entre áreas y momentos de trabajo y de ocio, sino también a la delimitación de posiciones en una geografía imaginada del aula (Leander, et. al, 2010). Las genealogías escolares sugieren que los estudiantes "del fondo" y ?de la primera fila? han existido siempre. El dinámico sistema lancasteriano, por ejemplo, distinguía de este modo a quienes se encontraban "rezagados" o "avanzados" en la carrera por el aprendizaje, mientras que jesuitas y lasallanos dirimían la ubicación de cada estudiante en función de los méritos que mostrase, ejerciendo prácticas de vigilancia (Dussell & Caruso, 1999; Narodowski, 2008).Los entornos espaciales no son un mero escenario o telón de fondo de la vida social: el espacio y las prácticas se producen mutuamente (Giddens, 1984; Lefebvre, 1991). Sabemos que los posicionamientos espaciales (entre otras prácticas de posicionamiento) tienen consecuencias sobre la producción de identidades (Holland & Leander, 2004). Sin embargo, las etnografías escolares aún no han abordado de modo decidido las prácticas de posicionamiento en el espacio y sus relaciones con la producción identitaria (Leander, Phillips & Headrick Taylor, 2010).En la literatura anglosajona es posible reconocer, con especial vigor a partir de la década de 1980, un interés por el espacio áulico en los estudios del classroom management: un área estructurada en torno a la optimización de un ambiente propicio para los aprendizajes y el engagement con las tareas escolares (Barrett, Davies, Zhang & Barrett, 2015; Evertson & Weinstein, 2011; Nash, 1981; Rosenfield, Lambert & Black, 1985; Weinstein, 1981). Se trata, generalmente, de estudios que reportan mediciones en las que la clase y los aprendizajes son tratados como fenómenos aislados de su contexto cultural. También la dimensión espacial ha sido atendida, generalmente de modo tangencial o como tema secundario, por estudios interesados en procesos psicosociales y culturales enlazados a la escuela, poniendo atención a su zonificación en relación a prácticas sociales rutinizadas (Giddens, 1984). Por ejemplo, documentando la persistencia de una zonificación del aula que demarca regiones de ?control? o ?castigo? (Rist, 1970; Saucedo Ramos, 2005), mostrando cómo la masculinidad y feminidad hegemónicas configuran usos juveniles diferenciales de los espacios escolares y sus regiones (Beer, 2008; Wenetz & Stigger, 2011) o señalando que la disposición espacial al interior de las aulas puede revelar fronteras inter-grupales juveniles, a veces ligadas a taxonomías sociales racializadas que intervienen en la producción identitaria (Leander, 2002; Maldonado, 2006). En este escrito recuperamos el interrogante referido a las relaciones entre las dimensiones espacial e identitaria en el contexto escolar, con el objetivo de aportar algunas respuestas que contribuyan a complejizar la comprensión de estos fenómenos. Comenzaremos centrándonos en procesos que ocurren ?al interior? del aula, para llegar a mostrar lo injusto del recorte. Nuestra apuesta intentará, además, integrar los dominios que en algunas de las investigaciones citadas aparecen abordados de modo algo inconexo; por un lado, la zonificación del aula como resultado de prácticas juveniles de sociabilidad y, por otro, su empleo en la regulación de la disciplina y los aprendizajes por parte de los educadores. A partir de un estudio de caso en la ciudad de Córdoba, Argentina, analizaremos el proceso de segregación hacia cinco jóvenes de un curso escolar. Situación de la que llegamos a tener conocimiento siguiendo la pista de las significaciones que el territorio áulico tenía para docentes y estudiantes. Nos interesa mostrar, por un lado, la relevancia que puede cobrar la zonificación del aula como artefacto identitario (Leander, 2002) y, por otro, cómo en nuestro caso de estudio esta dimensión se yuxtapuso a otros recursos culturales (escolares y no escolares) contribuyendo a la estabilización de ciertas identidades devaluadas, pero también dando margen a la emergencia de lo que interpretamos como agenciamientos singulares en la constitución identitaria o prácticas de subjetivación. Fundamentar esta proposición implicará un esfuerzo por atender paralelamente a los procesos de socialización escolar y sociabilidad juvenil, argumentando que ambos intervienen activa y conjuntamente en la producción de identidades socio-escolares. Subsidiariamente, nuestros hallazgos abonan una línea interpretativa que alienta a pensar a la escuela en un nexo de relaciones espaciales que exceden lo que comúnmente se recorta como parte del ámbito escolar. (Leander, et. al, 2010).