INHUS   26328
INSTITUTO DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Cinco mujeres desde el foco de Gisele Freund: Virginia Woolf, Simone de Beauvoir, Frida Kalho, Eva Perón, Victoria Ocampo.
Autor/es:
DELGADO, SUSANA GRACIELA
Lugar:
Mar del Plata
Reunión:
Jornada; XIII Jornadas de Investigadores en Historia; 2021
Institución organizadora:
Centro de Estudios Històricos - UNMDP
Resumen:
Giselle Freund (1908-2000) fue una de las fotógrafas más importantes del siglo XX. El retrato fue el género en el que desplegó su obra. Huyó de su Alemania natal a los veinte años; antes de su profesionalización, se graduó en La Sorbona, en 1936 en la carrera de Sociologia, con su tesis La fotografía en Francia en el siglo XIX. En la misma, estudió los rasgos sociales de la época en la que el invento emergía, como testigo de la promoción de la mediana burguesía europea, que quería redimirse para la posteridad, a través de su propia imagen. En 1970 publicó Le monde et ma cámera, donde plasma su huida de Alemania, sus contactos con la intelectualidad parisina, sus viajes por diversos países pero también y fundamentalmente sus reflexiones a partir del encuentro con grandes mujeres del siglo XX que posaron para ella.A través de sus retratos, creemos descubrir una relación de empatía que refleja una evidente sororidad entre cada una de las retratadas y la Freund. Con excepción de las fotografías que obtuvo de Eva Perón en varios encuentros que protagonizó con la primera dama argentina en 1950, que fue tema de varios trabajos académicos, podemos afirmar que los retratos de las otras mujeres no fueron objeto de más referencias que aquellas que las mencionan en los catálogos fotográficos.En este trabajo indagamos en los recorridos artísticos escogidos por la fotógrafa, a lo largo de su vida a partir de la relación que generaba con cada una de las mujeres con las que interactuó y quienes coadyuvaron al logro de los objetivos por ella propuestos. ¿Cómo consiguió insertarse en el mundo artístico parisino, sin documentos y escondiendo su condición de judía alemana? ¿Cómo logró escabullirse de los nazis cuando estos ocuparon Paris en 1940? ¿Qué motivó la elección de sus retratos femeninos a personalidades emblemáticas? ¿Qué características comunes presentan los mismos? ¿Qué diferencias sugieren los retratos de hombres? En este sentido sostenemos la hipótesis de que el vínculo con estas mujeres fue pronunciando y acrecentando un empoderamiento que reforzó su capacidad para manejar su propia existencia y definir sus propios proyectos de vida con absoluta convicción.Gisele Freund inició su actividad como reportera gráfica en los primeros años de la década del treinta, con el registro de la manifestación del 1º de marzo de 1932 en Frankfurt, donde había comenzado sus estudios y donde tuvo como docentes a algunos de los integrantes de la Escuela de dicha ciudad, como Adorno, Mannheim, Elías y otros. De allí, con decisión y valentía decidió escapar a Paris, donde completó su formación universitaria en sociología con la tesis La fotografía en Francia en el siglo XIX, cuya defensa realizó en 1936. Entre los asistentes se encontraba Walter Benjamin, quien valoró positivamente su trabajo. Enseguida Adrienne Monnier, editora y poetisa feminista, publicó la obra de Freund. Justamente a través de aquella entró en contacto con el mundo de las letras y sus escritores, entre ellos, la argentina Victoria Ocampo, quien la invitó a trasladarse a Buenos Aires, cuando los nazis ingresaron a Francia y para lo cual le brindó la ayuda financiera necesaria. Fue esta escritora quien la conectó con Virginia Woolf, a quien visitó en Londres y fotografió en una sesión de cuyos resultados son las imágenes más conocidas de la autora de Tres Guineas. Posteriormente viajó a México, donde permaneció alrededor de un año, y donde entabló una estrecha relación con Frida Kalho y Diego Rivera. En 1950 volvió a la Argentina, enviada como reportera gráfica por la revista Life, para hacer una nota sobre la primera dama, Eva Perón. Con posterioridad, estando en Paris, cuando Simone de Beauvoir ganó el premio Goncourt, logró fotografiarla y tener la primicia de su imagen, dada su astucia para buscarla en el lugar adecuado.Así, fue consagrando su vida a la producción profesional en el género retrato, por un lado, y como reportera gráfica de algunos medios periodísticos, como Life, Time y la agencia Magnum, por otro. Su técnica, novedosa por la introducción del color en muchos casos, incluía un acercamiento personal con sus retratadas. Las conocía, leía sus obras, conversaba con ellas, mientras desarrollaba las sesiones de fotos, muchas veces en sus casas o estudios, que les eran familiares. Adrienne Monnier, Virginia Woolf, Victoria Ocampo, Simone de Beauvoir, Frida Kalho y Eva Perón son las personalidades femeninas que ponemos en foco, en este caso. Con cada una de ellas, tejió relaciones potentes que le merecieron reflexiones íntimas sobre sus respectivas personalidades. En general en sus expresiones, tanto en la obra autobiográfica que publicó en 1970, como en la biografía que sobre ella escribió R. Jamis, las relaciones personales que rescata con mayor precisión recaen sobre estas mujeres que fueron cruciales para la concreción de los objetivos que se fue proponiendo frente a los imponderables vitales. Ese empoderamiento que consigue a través de su cámara lleva la rúbrica indudable de una entrañable sororidad, que incluye una alianza existencial cuerpo a cuerpo, con cada una de estas mujeres enfocadas por su lente, tan trascendentes en su propia trayectoria como fotógrafa-mujer que logra empoderarse como sujeto político.