IPSIBAT   26217
INSTITUTO DE PSICOLOGIA BASICA, APLICADA Y TECNOLOGIA
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Funcionamiento social infanto-juvenil. Nexos y contribuciones de la cognición social y no social
Autor/es:
LUCÍA ZABALA; ANA COMESAÑA; HERNAN LÓPEZ-MORALES; MARCELA LÓPEZ; LUCIANA BOBASSO; MARÍA RICHARD´S
Lugar:
Posadas
Reunión:
Encuentro; XVII Reunión Nacional y VI Encuentro Internacional de la Asociación Argentina de Ciencias del Comportamiento.; 2019
Institución organizadora:
Asociación Argentina de Ciencias del Comportamiento
Resumen:
Introducción: Basados en la hipótesis del cerebro social, los teóricos de las neurociencias sociales han defendido la especificidad de los procesos comprendidos bajo la categoría cognición social, entendidos como al conjunto de procesos, habilidades o capacidades que permiten al sujeto interpretar y adaptarse al medio social circundante, por lo que resulta clave para el funcionamiento acorde en contextos sociales. La base fundacional de toda esta empresa científica es la hipótesis de que las cogniciones sobre nuestro entorno social son cualitativamente distintas e involucran diferentes estructuras cerebrales que aquellas que se realizan sobre cuestiones no sociales. En este sentido, la contribución e influencia relativa que la cognición no social ?funcionamiento ejecutivo- y la cognición social ejercen sobre el funcionamiento social se ha convertido en uno de los objetos de estudio principales de dicho campo multidisciplinar. Objetivo: Explorar el impacto que la flexibilidad cognitiva y la empatía ejercen sobre el funcionamiento social de población infanto-juvenil con desarrollo típico. Metodología: Estudio correlacional con diseño transversal-correlacional. Muestra: 132 participantes de ambos sexos con edades comprendidas entre 9 y 18 años. Instrumentos: Interpersonal Reactivity Index (IRI), Batería de Socialización-3 (BAS-3) y Test de clasificación de tarjetas de Wisconsin (WCST). Resultados: Se hallaron correlaciones positivas entre flexibilidad cognitiva -evidenciada en la cantidad de categorías completas del WCST- y la escala de autocontrol del BAS-3 (Rho= .21, p= .015), no existiendo correlación con otras escalas del test. Por otra parte, se encontró una correlación negativa entre la escala de fantasía del IRI y la de retraimiento del BAS-3 (r= -.17, p= .050). Conclusiones: los resultados incrementan la evidencia a favor de la vinculación entre la flexibilidad cognitiva y el autocontrol como procesos que conjuntamente permiten adaptarse a las demandas del contexto, alternando eficientemente entre reglas posibles para la consecución de una meta. Asimismo, se demuestra que el retraimiento mantiene una relación inversa con la capacidad empática cognitiva -entendida como la capacidad del sujeto de imaginarse en situaciones ficticias y compartir perspectivas ajenas. No se evidencia un impacto diferencial de la cognición social sobre el funcionamiento social comparado a las influencias del funcionamiento ejecutivo, sino que ambos procesos parecen contribuir de manera paralela y equivalente al desempeño social de niños y adolescentes. Resultados como estos ponen en cuestión, al menos en parte, la especificidad de los constructos de cognición social, sobre todo cuando los mismos están definidos en función del contenido procesado (contenido social ? contenido no social). Futuras investigaciones que prioricen la validez ecológica en las evaluaciones posibilitarán arribar a conclusiones más sensibles que permitan dilucidar la existencia o no de una especificidad para los constructos cognitivos sociales.