EL ESTUDIO DE LAS EMOCIONES DESDE DIVERSOS NIVELES DE ORGANIZACIÓN

RAMÍREZ, V.; MANCINI, N.A.; RUETTI, E.

Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Jornada; Jornadas de Fundamentos y Aplicaciones de la Interdisciplina; 2019

Las emociones pueden definirse como fenómenos complejos de duración restringida (Moors, 2013; Moors & Scherer, 2013), determinados por cambios fisiológicos, cognitivos y conductuales, que se presentan ante la aparición de un estímulo que resulta significativo o relevante para la persona (Nieto & Delgado, 2006; Panksepp et al., 2017). Varios estudios indican que los estados emocionales positivos mejoran el desempeño en tareas cognitivas de aprendizaje y memoria facilitando la clasificación e integración de la información (Cummings & Rennels, 2014) y la disminución de falsos recuerdos (Zhang et al., 2017), mientras que los estados emocionales negativos interfieren en el procesamiento cognitivo disminuyendo la concentración en la tarea (Cummings & Rennels, 2014). Por otro lado, el estudio de la expresión conductual de las emociones ha sido abordado a través de las expresiones faciales (Chen & Jack, 2017; Ekman & Friesen, 1978; Ewing et al., 2017; Russell, 2017; Widen & Russell, 2010; Wegrzyn et al., 2017), corporales (Hao et al., 2017; Lopez et al., 2017) y vocales asociadas a ellas (Banse & Scherer, 1996; Van den Stock et al., 2007). Desde un punto de vista fisiológico, en varias investigaciones se halló que la frecuencia cardíaca es significativamente más elevada durante estados emocionales negativos que frente a estados positivos (Graziano & Derefinko, 2013; Obradovic & Boyce, 2012), lo cual se constata incluso en niñas/os (Cole et al., 1996; Gilissen et al., 2007). Por último, desde el nivel socioambiental existen numerosos mecanismos mediadores que pueden afectar el desarrollo de los procesos emocionales, entre otros, como la educación materna (Hughes & Ensor, 2009), la salud mental de los padres (trastornos depresivos, de ansiedad y sociales), el estrés familiar, la disponibilidad de redes sociales de soporte, la cantidad y calidad de estimulación para el aprendizaje en los hogares y las características del temperamento de las niñas y los niños (Bradley & Corwyn, 2002; Lipina & Colombo, 2009). El objetivo del presente trabajo es presentar un abordaje multinivel del estudio de las emociones de modo tal que su complejidad pueda ser debidamente observada. Los niveles de organización que se propone presentar son: cognitivo (desempeño en tareas con demanda autorregulatoria), conductual (expresiones emocionales faciales, corporales y verbales), autonómico (frecuencia cardíaca y su variabilidad) y socioambiental (condiciones de vida del hogar).