INECOA   26036
INSTITUTO DE ECORREGIONES ANDINAS
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Tras las huellas de los casabindo. Desde la arqueología a la genética
Autor/es:
ALFARO GÓMEZ, EMMA LAURA; JURADO MEDINA LAURA; BRAVI CLAUDIO M; ALBECK MARIA ESTER; CUELLO MARIELA; BAILLIET GRACIELA; PEÑA AGUILERA DC; JOSEFINA M. B. MOTTI,
Lugar:
Córdoba
Reunión:
Congreso; XX Congreso Nacional de Arqueología Argentina; 2019
Institución organizadora:
Sociedad de Arqueología Argentina
Resumen:
Los datos arqueológicos y referencias coloniales plantean que el sector central de la Puna de Jujuyestuvo ocupado por casabindos y cochinocas. En la actualidad, se los considera como grupos con unaidentidad particular, que los distingue de los que habitaron los grandes valles del Noroeste Argentinodesde Salta hasta el norte de San Juan (pueblos que compartieron entre sí una base lingüística y unatradición cultural, ajenas a las sociedades más septentrionales). De la misma manera los grupos de lapuna se diferencian también de los de Quebrada de Humahuaca, sur de Bolivia y Atacama.Los cochinocas fueron, aparentemente, los pobladores originales del Pucará de Rinconada y comotales tendrían una antigüedad que se remontaría a mediados del primer milenio después de Cristoo aún más remota en el tiempo. Los casabindos, en cambio, presentan claras raíces altiplánicas envarios aspectos de su cultura material y su presencia en la Puna de Jujuy correspondería a los iniciosdel segundo milenio de la era. Desde el siglo XVII ambos grupos fueron integrados en una únicaencomienda y estuvieron estrechamente vinculados durante toda la dominación hispana hasta lasguerras de la independencia.A partir de una serie secuencial de registros de población, se realizó el seguimiento de los casabindosy sus descendientes a lo largo de un período de más de 400 años (1654-2001), para analizar lascaracterísticas de su estructura poblacional y del sistema nominativo. Las fuentes consultadaspertenecen a una serie de archivos coloniales de interés fiscal correspondientes a la encomienda deCasabindo y Cochinoca, como también a censos poblacionales y padrones electorales de las mismaslocalidades.Los resultados obtenidos permiten conocer una serie de antropónimos, usados en Casabindo desdeépocas prehispánicas, que sufrieron un proceso selectivo donde algunos de los nombres nativosmasculinos se transformaron en apellidos y lograron perdurar hasta el presente. Se ha determinado lacontinuidad de un grupo de 24 antropónimos en el área original (primero nombres indígenas, luegoapellidos) y su dispersión hacia valles y quebradas aledañas a la puna, al resto del Noroeste y otrasregiones argentinasEste conjunto está integrado por los siguientes apellidos: Abracaite, Alancay Alavar, Barconte, Cachi,Cachisumba, Caiconde, Chocobar, Lacsi, Lamas, Liquin, Patagua, Puca, Quipildor, Sarapura, Socomba,Sumbaine, Tabarcachi, Tabarcondi, Tinte, Toconas, Tolai, Vilte y Yonar.En los siglos XVII y XVIIIse observa una población medianamente estable que mantiene fuerte su tronco originario. En 1786la población de Casabindo evidenciaba una marcada estabilidad con un mínimo aporte de migrantesprocedentes de otras partes, y una gran cantidad de población representada por unos pocos apellidos.Libro de Resúmenes del XX Congreso Nacional de Arqueología Argentina. Córdoba, 2019Universidad Nacional de Córdoba, Argentina, - ISBN 978-950-33-1538-5Libro de Resúmenes887Esto se revierte y, a fines del siglo XIX, el tronco originario se encuentra intensamente disminuidofrente a la incorporación de población con apellidos españoles o con otros apellidos andinos. En estecontexto se advierte que, para los registros analizados, la etapa que se percibe como crítica y de mayordesestructuración corresponde al lapso comprendido entre fines del siglo XVIII y fines del XIX.Estos apellidos perduraron en el sector central de la Puna a lo largo de la etapa colonial y en la actualidadaparecen en diferentes partes de Argentina. El estudio de su antroponimia, permite advertir el carácterdistintivo interpoblacional, ya que al comparar estos antropónimos con los registrados en poblacionesvecinas de fines del siglo XVIII y principios del XIX, resalta la alta frecuencia local lo que permiteinferir su posible origen, llamando la atención la baja frecuencia en Rinconada y Santa Catalina. Enla provincia de Salta se registran actualmente los 24 apellidos de este grupo, en Jujuy aparecen 23 ysu representatividad en las demás provincias es muy poco significativa, lo que estaría evidenciandouna dispersión gradual selectiva del tronco original.Los resultados sobre la identificación de formas originales de denominación de los casabindos y supersistencia en la zona probable de origen, permitieron disponer de un indicador antroponímico dadoque la mayor frecuencia de determinado apellido dentro de un grupo social puede ser tomado comoun indicador de identidad que puede relacionarse con marcadores moleculares.Siguiendo esta línea, a partir de varones que hoy en día son portadores de alguno de estos 24 apellidos,se busca identificar patrones genéticos característicos compartidos, presentes en el cromosoma Y yen el ADN mitocondrial, y que permitan relacionarlos con los pobladores prehispánicos y colonialesde la Puna de Jujuy.Para ello se analizaron los haplotipos de 18 individuos portadores de un ?apellido casabindo? de loscuales 11 (61%) mostraron linajes paternos americanos (Q-M3) y los restantes fueron alóctonos,principalmente europeos (17% R1b1a1a y 11% F*) y euroasiáticos (11% K). Los haplotipos construidosa través de STR demostraron que los linajes nativos pertenecen a un grupo monofilético que tiene unadistribución restringida al NOA.En cuanto a los linajes maternos, de las 18 muestras analizadas, sólo una presentó un haplogrupoeuropeo (U5a) y las restantes correspondieron a haplogrupos americanos distribuidos de la siguientemanera 70% B2; 18% A2; 6% C1c y 6% D1j. En la mayoría de los casos fue posible identificarpolimorfismos previamente identificados en haplotipos de la región. Las dos excepciones consistenen una muestra con haplotipo nodal para el haplogrupo B2 y la muestra D1j subhaplogrupo propio delcentro de Argentina y con bajas frecuencias en Jujuy.Cuando se integra la información de los 2 linajes uniparentales moleculares, 10 individuos (55%)tuvieron tanto el ADN mitocondrial como el cromosoma Y autóctonos. El 39% de la muestra presentóADN mitocondrial americano y cromosoma Y alóctono y solo 1 caso tuvo ADN mitocondrial alóctonoy cromosoma Y autóctono (6%). Estos resultados revelan una contribución sexual diferencial alproceso de mestizaje caracterizado predominantemente por la unión de hombres europeos con mujeresautóctonas. Este sesgo sexual en la mezcla europea-nativa ha sido comprobado con los polimorfismosdel Y en población jujeña y múltiples poblaciones mestizas latinoamericanas.Si bien el número de individuos analizados es pequeño, estos resultados refuerzan la hipótesis deorigen geográfico y étnico de dichos antropónimos y plantea la necesidad de ampliar el análisis paracaracterizar el tronco original de la población prehispánica del sector central de la puna de Jujuy yevaluar eventuales movimientos migratorios en el pasado arqueológico.Las evidencias arqueológicas, demográficas y genéticas indican que, a lo largo de más de 400 años, unamisma población, los casabindo, afectada por diferentes procesos históricos, políticos y económicoslogra perdurar, en su área original y paralelamente dispersarse hacia áreas vecina.