INECOA   26036
INSTITUTO DE ECORREGIONES ANDINAS
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Expresiones de creencias. Representaciones de animales en soportes de hueso, metal y cerámica del Pucará de Tilcara (Quebrada de Humahuaca, Argentina)
Autor/es:
AKMENTINS, MS; OTERO, C; IBARRA, CM
Lugar:
Santiago de Chile
Reunión:
Congreso; XXI Congreso Nacional de Arqueología Chilena; 2018
Institución organizadora:
Sociedad Chilena de Arqueología
Resumen:
La iconografía de los conjuntos materiales del Pucará de Tilcara, Particularmente de la alfarería, por décadas ha sido definida como abstracta, geométrica y ausente de manifestaciones que permitan reconocer motivos que expresen aspectos del entorno natural y del sistema de creencias prehispánico (Otero 2017). Sin embargo, en los últimos años avanzamos en la definición de estos elementos a partir del análisis contextual de distintas representaciones bajo una mirada interdisciplinaria, particularmente del trabajo articulado con herpetólogos (Otero y Akmentins 2017). En esta ocasión, sumamos nueva información a partir de la interpretación de los dibujos y grabados identificados en objetos confeccionados en cerámica, hueso y metal hallados en diferentes estructuras y áreas de actividad de este sitio.El Pucará de Tilcara actualmente es caracterizado como capital de la wamani de Humahuaca (Williams 2004; Otero 2013). Su rol dentro de la estructura política, económica y religiosa incaica fue fundamental para cimentar en la Quebrada de Humahuaca una fuerte intervención estatal destinada a la producción agrícola y de objetos suntuarios (Otero et al. 2018). En este poblado, de 18 has de ocupación, se instalaron decenas de talleres especializados, que siguiendo los parámetros estilísticos cusqueños produjeron variados tipos de artesanías en piedra y metal (Otero y Tarragó 2017). Tanto en estos espacios, caracterizados como casas-taller, como en áreas de uso ceremonial se recuperaron objetos que por sus atributos permiten reconocer prácticas vinculadas a la propiciación de la fertilidad. También resulta llamativa la aparición de restos esqueletales de animales en estos contextos, la que podría manifestar su manipulación e inclusión en eventos rituales.La recurrencia en el hallazgo de cierto tipo de animales remarcaría la significación que éstos tuvieron dentro de la cosmología local y también en la religión incaica. A partir de nuestras excavaciones, como de las de investigadores que nos precedieron (Ambrosetti 1908; Debenedetti 1930; Casanova 1970), identificamos la inclusión de partes de pumas, tarucas, camélidos, zorros y aves en espacios funerarios y en el piso de ocupación de numerosas viviendas. A manera de ejemplo, se puede describir la presencia de un cráneo de loro al interior de una vasija modelada con la intención de representar justamente este tipo de ave, y que, a su vez, se encontraba asociada a un variado conjunto de platos ornitomorfos. También, el entierro en un brocal del cuerpo completo de un cóndor, el que presentaba una amplia variedad de piezas cerámicas incaicas depositadas a su alrededor, aparentemente a manera de ofrendas. Por otro lado, al interior de distintos cántaros, Debenedetti (1930) reporta el hallazgo de cráneos de pumas y tarucas.Es posible que la muerte, en su dimensión simbólica, también se considerara para los animales y vegetales almacenados, incluidas las herramientas de madera (Stelle y Allen 2004). En el caso del Pucará, con la incorporación de ciertos animales en los sectores de entierro y habitación posiblemente se buscó resaltar en el tiempo aquellos atributos que caracterizaban a cada especie y debieron querer ser apropiados por los humanos. Los cráneos pudieron retener la fuerza y las habilidades de estas bestias para usarlos a manera de emblemas, y a su vez, interceder ante cuestiones climáticas mediante la articulación de diferentes mundos. Los grandes felinos, las serpientes y el cóndor, entre otros animales, formaban parte del mundo subterráneo por donde también transitaban los difuntos, algunos de los cuales eran considerados ancestros. En este plano se articulaba el sentido de la vida y la muerte, y por lo tanto el de la fertilidad (Fink 2001; Steele y Allen 2004). Incluso, algunos ancestros míticos eran caracterizados por animales personificados como seres tutelares (Nielsen y Boschi 2007). De allí que la inclusión de animales o trozos de ellos en las sepulturas y casas del Pucará posiblemente respondiera a una larga tradición andina que tenía por principio conservar el cuerpo o partes del mismo, similar al tratamiento de los difuntos, para mantener su existencia a través del tiempo.La manipulación de los restos de animales también implicó su formatización para el aprovechamiento de sus huesos, piel y cuero. Las condiciones ambientales en la región hacen que solo predominen los conjuntos óseos. Entre ellos se observa la confección de instrumentos para la inhalación de alucinógenos, utilizando huesos de aves, camélidos y tarucas. Las valvas de moluscos, entre las que se reconocen más de cinco especies procedentes del Pacífico, también fueron retocadas para elaborar adornos, tales como pendientes; lo mismo sucede en el caso de colmillos de grandes felinos. En los Andes prehispánicos, los cérvidos y los caracoles marinos eran considerados seres propiciatorios del agua, al igual que las serpientes y otros reptiles que también cumplían un papel preponderante en los ritos de fertilidad por su capacidad para habitar ciertos rasgos naturales, como fuentes de agua, cuevas o cavidades en la corteza terrestre, siendo que posibilitaban una vía de comunicación hasta el mundo subterráneo. Estos animales, tal como en el presente, eran identificados con los recursos hídricos y la lluvia, tan necesarios para lograr un buen rendimiento productivo en ambientes frágiles debido a sus características topográficas y climáticas.Si bien la Quebrada de Humahuaca presentaba ventajas insuperables, en relación a otras regiones de los Andes centro-sur, dada su proximidad a los bolsones fértiles de las yungas y la posibilidad de construir grandes extensiones agrícolas, el agua siempre fue un recurso escaso como para sustentar una vasta población abocada a tareas artesanales y, a su vez, ser utilizada en abundancia durante la producción de estas artesanías a gran escala. La invocación de las lluvias y el pedido de regeneración de las vertientes seguramente involucró numerosos actos performativos en los que se desplegaron todo tipo de objetos evocativos. En el Pucará, distintos soportes presentan recreaciones implícitas y explícitas de anfibios y ofidios. Se trata de discos de metal e instrumentos de huesos con grabados de serpientes, un amplio conjunto de piezas cerámicas con representaciones de algunos atributos de ofidios y una pieza modelada en cerámica que recrea a modo realista una rana del género Telmatobius, especie actualmente venerada en el Titicaca por su poder propiciatorio (Akmentins y Otero 2016).La sumatoria de representaciones en esta amplia variedad de objetos, recuperados en contextos con diversas funciones del Pucará, permite estimar que las cosas portaron sentidos y significados activos necesarios para la promulgación de las bases religiosas incaicas, sustentadas en el culto al sol, los ancestros y la fertilidad, en las que posiblemente se recombinaron elementos propios de las creencias quebradeñas. Esta necesidad de expresar ideas vinculadas a la productividad, debieron cobrar mayor énfasis durante la dominación incaica, como consecuencia de la necesidad de desarrollar un entorno sustentable para una población y un sistema productivo en aumento. De allí que a modo de síntesis sostengamos que estos objetos funcionaron como medios activos del entorno natural durante las prácticas rituales, no solo por ser portadores de identidad sino también por destacar el rol de ciertos animales como demarcadores de nuevos ciclos de vida ligados temporalmente a la estación de lluvias y siembra de cultivos, evocativos de un mundo profundo, habitado por los antepasados y cargado de un fuerte poder germinativo.