INECOA   26036
INSTITUTO DE ECORREGIONES ANDINAS
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Wak´as en luna llena. Aportes para el estudio de la ritualidad andina en el sector central de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy, Argentina).
Autor/es:
OCHOA, PABLO ADOLFO; OTERO, CLARISA
Lugar:
Sucre
Reunión:
Congreso; IX Congreso de la Asociación de Estudios Bolivianos; 2017
Institución organizadora:
Asociación de Estudios Bolivianos
Resumen:
Las sociedades andinas prehispánicas desarrollaron una amplia diversidad de prácticas simbólicas pautadas por observaciones astronómicas, que con el tiempo se plasmaron en calendarios solares y lunares. La persistencia de estas prácticas en parte pudo generarse por la necesidad de predecir los ciclos estacionales, los cambios climáticos y el ritmo de subsistencia, teniendo en cuenta que desde el inicio del desarrollo de las sociedades pre-estatales la economía de estos pueblos básicamente dependió de la agricultura. A partir de la construcción de un marco de referencia que combina aportes tomados de la Arqueología, la Antropología y la Etnohistoria, esta ponencia tiene por propósito presentar un caso de estudio en el que se caracterizan las prácticas rituales que las poblaciones prehispánicas de la Quebrada de Humahuaca desarrollaron en torno a la dinámica propia de las estaciones y los ciclos productivos. Asimismo, se plantea que estas prácticas pudieron ser parte de las estrategias implementadas para prevenir o minimizar el impacto de las inclemencias climáticas desde inicios de la era hasta la llegada del español.Las crónicas coloniales tempranas ilustran distintas actividades rituales desarrolladas a lo largo del año con la intención de predecir y controlar el clima. Quizás la más representativa es el Culto de adoración a las Wak´as, considerada una de las manifestaciones religiosas más difundidas en el Mundo Andino. Durante esta manifestación se visitaban y veneraban Cerros Sagrados con la intención de evitar factores climáticos que acarrearan pérdidas productivas, tales como heladas, granizos, sequías, inundaciones, entre otros. Estos viajes rituales congregaban bajo una misma esfera religiosa a poblaciones de distintos orígenes. Los ?hechiceros? ?layqhakunas- eran los encargados de organizar los ritos para evitar tanto los riesgos de perder las cosechas como para propiciar la fertilidad.En la Quebrada de Humahuaca, algunas prácticas actuales pueden ser interpretadas como manifestaciones religiosas que buscan prevenir ciertos fenómenos meteorológicos y favorecer otros. Se trata de las peregrinaciones católicas desarrolladas en el departamento de Tilcara en el marco de la adoración a la Virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario de Sixilera y la Virgen de Copacabana del Abra de Punta Corral. Estas celebraciones se desarrollan durante los equinoccios de otoño y primavera respectivamente, vinculados al tiempo de siembra y cosecha de algunos cultivos. En estas fechas, y durante el día de luna llena los peregrinos se dirigen a dos cerros, el Punta Corral y el Sixilera. Sus cumbres son las más altas de la región (5000 msnm), e incluso es de destacar que el Cerro Sixilera se localiza en la línea del Trópico de Capricornio. Para llegar a los adoratorios y capillas donde se realizan las celebraciones, numerosos grupos de músicos, guardianes de la Virgen, promesantes y peregrinos se trasladan por senderos prehispánicos, parte de los cuales aún hoy presentan rasgos arquitectónicos característicos del Qhapaq Ñan. Una vez allí terminados los ritos de adoración a la Virgen, mediante una larga procesión los devotos trasladan en andas su figura hasta el pueblo de Tilcara, donde cientos de fieles esperan su llegada.En la cima de estos cerros realizamos reiteradas prospecciones arqueológicas. En ambos santuarios de altura se recolectaron materiales que permitieron estimar que por lo menos desde inicios de la Era se visitaron y realizaron ofrendas. De allí que se pueda considerar que desde tiempo inmemorial se constituyeron como espacios de memoria colectiva, vigentes en la actualidad. Posiblemente, estos Cerros Sagrados, por su rol como referentes del Paisaje y seres tutelares a nivel regional, fueron sacralizados por el agua que brota desde sus faldeos a modo de vertientes, y que alimenta las quebradas tributarias del sector central de la Quebrada. Más allá de su protagonismo como generadores de fertilidad, los santuarios también debieron funcionar como centros rituales para fortalecer la identidad colectiva. Incluso, durante la anexión de la región al Tahuantinsuyu, estas Wak´as, a manera de nodos de interacción, debieron facilitar la organización de la población y la legitimación religiosa de las decisiones políticas. Vale aclarar que ambos cerros se encuentran equidistantes del sitio arqueológico Pucará de Tilcara, definido como la capital de la provincia incaica de Omaguaca. En este sitio se identificaron objetos que por sus representaciones estilísticas podrían estar vinculados con los ciclos estacionales productivos y los ritos para propiciar la llegada de la lluvia.A modo de cierre consideramos que los Cerros, definitivos propietarios de los territorios y los recursos naturales, fueron y continúan siendo venerados por las poblaciones locales con el propósito de lograr su intercesión ante distintos fenómenos naturales. Las actuales peregrinaciones, enmascaradas bajo el culto cristiano, pueden ser entendidas como el reflejo de antiguas prácticas que si bien se encuentran en continua resignificación, son recreadas siguiendo un mismo ritmo estacional a través de los siglos.