IRNASUS   26003
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES EN RECURSOS NATURALES Y SUSTENTABILIDAD JOSE SANCHEZ LABRADOR S.J.
Unidad Ejecutora - UE
capítulos de libros
Título:
Monitorización de la función neuromuscular
Autor/es:
MARTÍN FLORES MANUEL; LORENZUTTI AUGUSTO MATÍAS
Libro:
Manual Clínico de Monitorización Anestésica en Pequeños Animales
Editorial:
Servet
Referencias:
Lugar: Zaragoza; Año: 2019; p. 1 - 192
Resumen:
Los bloqueantes neuromusculares (BNM) son utilizados en medicina veterinaria para aportar miorrelajación durante el procedimiento anestésico, a fin de facilitar procedimientos quirúrgicos, reducir articulaciones luxadas, prevenir movimientos o reflejos indeseados, facilitar la intubación endotraqueal y reducir los requerimientos de anestésicos.Además, la parálisis muscular elimina el riesgo de que el animal vomite o tosa durante la anestesia. La parálisis residual (PR) se define como una recuperación incompleta del bloqueo neuromuscular en el periodo posquirúrgico inmediato, y se encuentra asociada a obstrucción y/o colapso de la vía aérea superior, hipoventilación, hipoxia (con disminución de la respuesta ventilatoria a la misma) y riesgo de aspiración debido a una incompetencia de los reflejos protectores de la vía aérea.La PR es la complicación más importante y frecuente cuando se utilizan BNM, y la principal razón por la cual la monitorización de la función neuromuscular cuantitativa es tan importante cuando se utilizan estos fármacos. La evidencia indica que, en perros, los músculos laríngeos presentan una mayor sensibilidad que los músculos del miembro pélvico, los cuales a su vez son más sensibles que los músculos respiratorios. Por esta razón, cuando se han empleado BNM, la extubación basada en la simple observación de la actividad de los músculos o la capacidad ventilatoria es arriesgada, ya que no garantiza una adecuada recuperación de los músculos protectores de la vía aérea y puede incrementar el riesgo de aspiración. Una encuesta sobre el uso de BNM en medicina veterinaria que se ha publicado recientemente,ha demostrado que la monitorización cuantitativa de la función neuromuscular solo es utilizada en el 20 % de los casos, mientras que el 35 % de los anestesistas se basan en el movimiento muscular espontáneo y el 26 % en la medición de variables respiratorias como indicio de una adecuada recuperación de la función neuromuscular. En humanos, la monitorización cuantitativa de la función neuromuscular redujo la incidencia de PR de 62 % a menos de 4 %.