Conservadorismos, religião e política

JUAN MARCO VAGGIONE

Seminario; Seminário Internacional Religião, gênero e sexualidade: ativismos contemporâneos; 2018

Este artículo busca complementar esos análisis a través de centrar la mirada en las formas en que se moviliza lo religioso en contra de los derechos sexuales y reproductivos. Sin pretender afirmar que es un fenómeno completamente novedoso (al contrario, el uso político de lo religioso tiene una larga historia), lo que busco identificar son las principales manifestaciones que son producto de (reacciones a) la política sexual contemporánea. Por observar las manifestaciones de corte ?secular?, en los primeros años de mi investigación, desplacé de mis análisis las renovadas estrategias que politizan lo religioso con el propósito de resistir las demandas feministas y por la diversidad sexual. Mientras el concepto de secularismo estratégico se focaliza en los principales desplazamientos hacia lo secular (en los actores y discursos), el concepto de ciudadanía religiosa busca identificar las formas en que se politizan las creencias religiosas como estrategia del activismo católico conservador. Esta politización si bien marca continuidades con un proceso característico de las religiones en general, también inscribe nuevas manifestaciones en respuesta al impacto de los movimientos feministas y por la diversidad sexual. Sin embargo ambos conceptos comparten el interés por comprender las formas en que el activismo católico conservador busca influenciar la construcción del derecho secular. Frente al impacto de los movimientos feministas y por la diversidad sexual, las formas de regular la sexualidad, la reproducción o el parentesco entraron a la arena pública interrumpiendo o al menos fisurando el poder de determinación de la Iglesia Católica sobre el derecho secular. Tanto el concepto de ?secularismo estratégico? como el de ?ciudadanía religiosa? buscan identificar las renovadas estrategias de los sectores católicos conservadores para retener o recuperar su influencia sobre el trazado de las fronteras legales y culturales del orden sexual contemporáneo. El primer concepto considera el desplazamiento hacia lo secular mientras que el segundo se concentra en entender las políticas sobre lo religioso; ambos evidencian estrategias del activismo conservador sobre el derecho como terreno material y simbólico para el control del orden sexual.