Fitoplancton y calidad bacteriológica en cuerpos de agua someros del Parque Nacional Río Pilcomayo (Formosa, Argentina)

GARCÍA DE EMILIANI, M.O.; EMILIANI, F.; DEVERCELLI, M.

Santa Fe

Jornada; VII Jornadas de Ciencias Naturales del Litora; 2000

Facultad de Formación Docente en Ciencias de la UNL y Asociación de Ciencias Naturales del Litoral

Se analizaron comparativamente varios aspectos de la comunidad (58° 08’ W): Laguna Blanca (marzo y mayo / 1999), esteros y jagüel (mayo / 1999). Los esteros, en comparación con los otros cuerpos de agua, tuvieron mayor riqueza específica (87 vs 55) y rangos de variación de la densidad de fitoplancton (290-5435 vs 1477-2531 org/ml), diversidad específica (2,61-4,04 vs 2,31-3,81 bits) y equitatividad (56-83 vs 59-77 %). En la Laguna Blanca dominaron Bacillariophyceae céntricas (Aulocoseira alpigena y A. granulata), R-estrategas o aclimatables, en marzo y Cyanophyceae Chroococcales (Merismopedia tenuissima y Aphanocapsa delicatissima), C-estrategas o invasoras, en mayo. Los esteros y el jagüel, densamente vegetados, se caracterizaron por la dominancia de ensambles mixtos de especies flageladas (R-estrategas), especialmente Cryptophyceae (Cryptomonas spp.), excepto en un sitios con escasa macrofia, en el que dominaron Chlorophyceae Chlorococcales (Monoraphidium spp.) y Volvocales (Chlamydomonas spp.), C-estrategas. Los cambios en la dominancia, así como en otros aspectos de la organización de la comunidad se relacionaron principalmente con propiedades físicas del ambiente: control hidrográfico en la laguna y desarrollo de la macrofitia en los esteros y el jagüel. El análisis de las asociaciones algales sobre la base de las bientales que las agrupaciones filogenéticos. En relación con la calidad bacteriológica del agua, las concentraciones de coniformes y Escherichia coli, indicaron que la zona de balneario en la laguna es adecuada para ese uso. Todos los sitios con vegetación acuática tuvieron concentraciones de bacterias sustancialmente mayores que las zonas de aguas libres. La incorporación de macrófitas acuáticas al jagüel no resultó acertada, pues la calidad bacteriológica del agua fue significativamente inferior a la de la laguna que lo alimenta.