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En la actualidad, han adquirido relevancia las investigaciones sobre el estado de conservación del ambiente natural, el uso de las plantas nativas y las prácticas agrícolas de manejo sustentables debido a la acelerada pérdida de biodiversidad como consecuencia de la degradación de áreas naturales y su impacto en los grupos sociales que basan su subsistencia en estos recursos. Particularmente, el arbusto piquillín es muy apreciado por los pobladores y sus drupas dulces son muy apetecibles. Sin embargo, su uso extensivo como leñero incentiva la planificación de prácticas de conservación y de cultivos ex situ a fin de asegurar su perpetuidad para mantener los beneficios que las comunidades hacen del mismo y también con fines de restauración. El IPEEC-CONICET y el JBPE se ubican en la ciudad de Puerto Madryn. Desde el punto de vista paisajístico, es un ambiente mesetario semiárido perteneciente a la región fitogeográfica del Monte Patagónico y posee en su margen costero playas de canto rodado y arena. Considerando la transferencia educativa como uno de los ejes principales de la conservación y valorización de la biodiversidad, se desarrolló la actividad: ?Ring, ring? a despertar semillas nativas?, dirigida a alumnos de 2º Grado A, B y C de la Escuela Nº 193 Velero Mimosa de la ciudad de Puerto Madryn. Los objetivos fueron: 1. Brindar a docentes y alumnos conocimiento sobre los usos de esta especie en nuestra región, requerimientos para germinar e importancia de su conservación y 2. Incentivar la conservación y recuperación de los ecosistemas del Monte Patagónico poniendo en valor esta especie tan apreciada por habitantes patagónicos. Para ello, se empleó un pool de semillas de la colección del Laboratorio ECOFIVE-IPEEC, se escarificaron y germinaron en el JBPE. En el aula, se brindaron los contenidos mínimos (plantas nativas, morfología del piquillín, reconocimiento a campo, usos por los pueblos originarios y actuales, concepto de germinación y dormición de semillas, metodología para realizar el trasplante) empleando material didáctico (figuras, fotos y cartelería) y mucha participación. Posteriormente, los alumnos realizaron la preparación de mezcla de sustrato empleando el material provisto por ellos mismos (tierra) y por nosotros (perlita) y efectuaron el trasplante de las plántulas desde los tubetes de siembra a macetas. Se utilizaron regadores hechos a partir del reciclado de una botella plástica de 500 ml. Al momento de cierre de la actividad, y previo a la donación de una plántula a cada alumno y docente, midieron la altura de su plántula y la compararon con una de un año de edad a fin de visualizar su lento crecimiento y la importancia de su conservación. Por último, se explicaron los requerimientos para su cuidado, motivando de esta manera un sentimiento de responsabilidad. Durante la actividad los alumnos se mostraron entusiasmados, comprometidos, muy atentos y participativos. Consideramos que fue una experiencia muy productiva al lograr donar 90 piquillines, fomentar su valoración y conservación de nuestros espacios verdes urbanos, nuestros jardines, el área protegida El Doradillo y nuestro Monte Patagónico.