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En el presente trabajo analizaremos dos documentos destinados a contribuir a laimplementación de la Ley Nacional de Salud Mental No 26.657 (2010) desde el ámbito de la comunicación: la guía Comunicación Responsable: Recomendaciones para el tratamiento de temas de salud mental en los medios (2013), del Ministerio de Salud de la Nación, y la Guía para el tratamiento mediático responsable de la Salud Mental (2015), de la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual. Observamos que, partiendo de concepciones diferentes acerca de la lengua, estas guías se proponen regular las prácticas lingüísticas de los medios de comunicación a partir del establecimiento de lo que hemos denominado un nuevo paradigma designacional de la salud mental (Mortureux, 1993), esto es, una serie de expresiones recomendadas de construcción similar que funcionan en correferencia con un término inicial en un discurso dado (el que funda la Ley No 26.657) y que no mantienen necesariamente una relación de sinonimia entre sí. En este sentido, las guías pretenden enseñar y fijar las formas adecuadas para designar al sufrimiento psíquico, a los sujetos con padecimientos mentales y a los espacios institucionales de atención y tratamiento de la salud mental. A partir del relevamiento de los términos no recomendados y de aquellos que forman parte del nuevo paradigma designacional de la salud mental en un corpus de notas de la prensa gráfica, analizaremos el efecto de estas publicaciones, consideradas como intervenciones en el espacio público del lenguaje sostenidas por dos instituciones públicas. Inscribimos nuestro trabajo en el campo de la Glotopolítica (Arnoux, 2000; Arnoux y Nothstein, 2014), recurriendo al análisis del discurso como estrategia metodológica.