INBIOSUR   25013
INSTITUTO DE CIENCIAS BIOLOGICAS Y BIOMEDICAS DEL SUR
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
MARCAS TAFONÓMICAS PRODUCIDAS POR Dermestes Maculatus (Coleoptera: Dermestidae) en tejido porcino expuesto a fuego
Autor/es:
NOELIA I. ZANETTI; FERRERO ADRIANA A.; NÉSTOR D. CENTENO
Lugar:
Posadas
Reunión:
Congreso; IX CONGRESO ARGENTINO DE ENTOMOLOGÍA; 2015
Institución organizadora:
SEA
Resumen:
La tafonomía forense es el estudio de las alteraciones que restos humanos o de animales pueden sufrir luego de la muerte. Una de las posibles alteraciones es la incineración. Un cadáver puede experimentar la acción del fuego por diversas causas: para ocultar un homicidio, en un accidente o bien en aquellos suicidios dónde se utiliza un acelerador como nafta o querosén. En los pocos estudios llevados a cabo con restos quemados, se han encontrado diferencias en el proceso de descomposición cadavérica, la colonización, la sucesión y dominancia de insectos carroñeros. Además, la evidencia entomológica puede ser útil para estimar el intervalo post mortem pese a la incineración del cadáver. El objetivo de esta investigación fue estudiar si los coleópteros Dermestes maculatus De Geer (Dermestidae) comen tejidos expuestos al fuego, y las eventuales marcas que podrían producir bajo condiciones controladas. Para evaluar esto, extremidades de cerdo (patitas) se colocaron sobre un sustrato de papel, ramas y/o pasto seco, se rociaron con gasoil y se expusieron al fuego durante 15 min hasta obtener quemaduras de primer grado. Las extremidades se colocaron en contenedores junto con adultos de D. maculatus a 24 ± 0,1 °C, 55,4 % de humedad relativa y un ciclo de 12:12 h luz/oscuridad. A modo de control se usó una extremidad libre de quemaduras. Se realizaron observaciones diarias y se tomaron fotografías cada 2-4 días por 4 meses. Se realizó un análisis cualitativo y cuantitativo de las marcas tafonómicas. Dermestes maculatus produjo, tanto en estado adulto como larval, distintos tipos de marcas como depresiones, agujeros, túneles, depresión y agujero, mordidas y estriaciones en tejidos como el tegumentario, conectivo, y muscular. No se observaron agujeros en hueso. El número de marcas observadas en el tratamiento fue casi el mismo que el del control, así como también el tiempo en que los tejidos fueron consumidos, es decir, el patrón de daño no mostró diferencias significativas entre tratado y control. La marca depresión y agujero se registró en mayor número en el control que en el tratado. Las marcas encontradas en tejido blando fueron más abundantes que las producidas en hueso, las cuales aparecieron más tarde que las producidas en los tejidos blandos. Se observó que los agujeros con longitud y ancho entre 0,21 y 0,84 cm resultaron ser los más abundantes; lo mismo ocurrió con las depresiones siendo dichos tamaños secundados por marcas con longitud entre 0,85 y 3,4 cm y ancho entre 0,21 y 0,84 cm. Parecería ser que el número de depresiones con longitud y ancho entre 0,05 y 0,2 cm; longitud entre 0,21 y 0,84, y ancho entre 0,05 y 0,2 cm, fue mayor en el control que en el tratado. En hueso también predominaron las depresiones con longitud y ancho entre 0,21 y 0,84 cm. No habría diferencias cualitativas ni cuantitativas entre una extremidad quemada y no quemada durante el periodo de tiempo evaluado, lo que indica que el proceso de colonización de cuerpos con quemaduras de primer grado por derméstidos no se ve afectado por el fuego.