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Las técnicas actuales de fertilización de cultivos presentan una baja eficiencia debido a que sólo un porcentaje del nitrógeno es absorbido por las plantas. El nitrógeno remanente genera problemas ambientales, tales como emisión de óxidos de nitrógeno, lixiviación y volatilización de gases. Los fertilizantes de liberación controlada permiten una mejor sincronización entre el nitrógeno disponible y la demanda del cultivo a lo largo de su ciclo de crecimiento, aumentando la eficiencia y disminuyendo las pérdidas. Buscando de una solución a esta problemática, se desarrolló un fertilizante de liberación controlada, el cual se comparó con una formulación comercial. La propuesta se enfocó en utilizar una matriz biopolimérica, que actuara como una barrera física regulando la liberación de urea y que, por ser biodegradable, se pudiera degradar progresivamente el suelo liberando el fertilizante en forma más lenta. Se prepararon tabletas constituidas por urea y una matriz de almidón catiónico pregelado y xantano. Se realizaron ensayos para cuantificar la concentración de fertilizante liberado en distintas condiciones: en agua con y sin agitación, y en columnas de arena, midiendo la concentración de urea por espectroscopía UV-Visible. Para caracterizar el sistema biopolimérico se realizaron ensayos de biodegradación en suelo e hinchamiento. A partir de los resultados obtenidos, se observó que el fertilizante de base biopolimérica tenía una liberación de nitrógeno más lenta, predominando el mecanismo de hinchamiento, y degradándose completamente en suelo en ciento cinco días. Este sistema permite modular la disponibilidad de nutrientes y disminuir las pérdidas de nitrógeno, sin dejar residuos en el suelo.