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La producción de conocimiento científico constituye una de las misiones esenciales de las universidades, en particular de las de orden público; compromiso que si bien fue asumido desde la reforma universitaria de 1918, sólo cobró especial relevancia en las dos últimas décadas. La actividad científica generada por estas instituciones se encuadra en políticas de fomento desplegadas por las mismas, o por otras estructuras, que se articulan con las universidades para el desarrollo de dichas acciones. Los actores principales de estas actividades son fundamentalmente los docentes universitarios, participando en menor medida investigadores en formación en el marco de sus estudios de posgrado y estudiantes de carreras de grado. La Universidad Nacional del Litoral (UNL), desde el año 1988, ofrece un sistema de becas de iniciación científica destinada a estudiantes de sus diferentes carreras de grado. Entre los fundamentos de dicha oferta radica la preocupación institucional de garantizar la formación en ciencia, como una instancia para el logro de competencias profesionales. Del mismo modo, se propicia la divulgación de los resultados obtenidos en encuentros, tanto nacionales como internacionales. Irigoyen2 destaca, ?se trata de un espacio muy importante que permite socializar el conocimiento y transformarlo en espacio de aprendizaje, pues se aprende de la tarea del investigador y se aprende al conocer diferentes disciplinas?. Cabe aclarar que desde el inicio de dicho programa la Facultad de Ciencias Veterinarias (FCV) ha tenido una participación activa en el mismo. Sumado a ello, a partir de la reforma curricular del año 2002, la formación en ciencias en instancia de grado, adquiere una significación particular creándose incluso en el año 2006, una asignatura electiva que brinda las bases para el desarrollo de competencias científicas. La participación en ciencias por parte de los jóvenes posibilita el desarrollo de habilidades muy significativas, que no son propiciadas en los espacios formativos convencionales. En este sentido, Charavatti1 señala ?el investigador debe desarrollar competencias que le permitan enfrentar el problema de manera dinámica y flexible. Para dedicarse a esta actividad se requiere de una especie de filtro cognitivo que consiste en cuestionarse acerca de los datos, confrontar la teoría con la evidencia y desarrollar la capacidad para reconocer falsas teorías. Estas habilidades cognitivas sofisticadas son conocidas como habilidades de orden superior o metacognitivas?. El presente trabajo tiene como objetivo conocer la percepción acerca de las competencias profesionales logradas, que tienen los jóvenes investigadores, que habiéndose formado a partir de la reforma curricular del año 2002, han sido beneficiarios de becas de iniciación científica. También se procura conocer los espacios curriculares que han favorecido dicha participación y las representaciones que estos jóvenes investigadores tienen sobre la FCV como espacio de generación de nuevos conocimientos. Para recabar la información se utilizó una encuesta estructurada que se envió a 44 becarios de iniciación científica del periodo 2008/2013 con informes finales aprobados. Sobre 30 respuestas obtenidas (40% egresados y 60% estudiantes avanzados) se comprueba que las competencias más significativas logradas son: las habilidades para la búsqueda de información (93%), habilidad para la redacción de documentos científicos (84%), experticia para realizar presentaciones en eventos científicos (77%), competencias para el trabajo en equipo (67%), destreza para la comunicación oral (63%), aptitud para el análisis y la resolución de problemas (50%), entre otros datos relevantes. Resulta menos significativo el porcentaje de becarios que lograron competencias para la elaboración de marcos teóricos (23%). Este último dato podría deberse a que en la postulación a la beca, la construcción del objeto de investigación es responsabilidad del director de la misma. Por otra parte el 54% de las becas obtenidas correspondieron a asignaturas del ciclo básico de la carrera, en tanto que el 29% fueron del ciclo pre-profesional y sólo el 17% del ciclo profesional. Finalmente, el 100% de los jóvenes investigadores perciben a la FCV-UNL como un centro de referencia en la generación de nuevos conocimientos científicos.