INVESTIGADORES
CERUTI Maria Constanza
libros
Título:
Procesiones Andinas en Alta Montaña: Peregrinajes a Cerros Sagrados del Norte de Argentina y del Sur de Perú
Autor/es:
CERUTI, MARÍA CONSTANZA
Editorial:
EUCASA
Referencias:
Año: 2013 p. 194
ISSN:
978-950-623-087-6
Resumen:
Sólo en los Andes y bajo la dominación de la civilización Inca se logró la hazaña de llevar la peregrinación ritual en alta montaña a altitudes superiores a 6000 metros. Resabios de las procesiones estatales que los Incas organizaron hacia las cimas más elevadas de los Andes perviven actualmente en montañas de menor altura y relativamente accesibles, que siguen funcionando como receptoras del flujo religioso de peregrinos mestizos e indígenas. Decenas de miles de personas trepan anualmente hasta el límite de las nieves para rendir homenaje al Señor de la Estrella de Nieve o Qoyllur Rit´i, en las inmediaciones del Ausangate, al sur de Perú. Algunos peregrinos acampan en la base del glaciar del nevado Colque Punku, para ascender de madrugada y extraer bloques de hielo, al que atribuyen propiedades mágicas y curativas. Se trata de una festividad en la que se pone de manifiesto el sincretismo imperante entre la religión católica oficial y los elementos tradicionales de la práctica mágico-religiosa andina. La montaña sagrada, los escenarios de altura y el hielo curativo se destacan como los principales móviles de la multitudinaria peregrinación del Qoyllur Rit´i, cuyos pormenores son analizados en el primer capítulo de esta obra. En la quebrada de Humahuaca, al norte de Argentina, los santuarios del abra de Punta Corral y del cerro Sixilera reciben a centenares de peregrinos durante la Semana Santa. Los peregrinos pernoctan a casi 4000 metros de altitud y participan en diversas prácticas religiosas colectivas que culminan en una procesión acompañada con bandas de sikuris, en la que las imágenes veneradas son transportadas en andas sobre los hombros de los promesantes. También se peregrina al cerro para el Enfloramiento de la Cruz a comienzos de Mayo y en fecha cercana al solsticio de invierno, como actualización de la ceremonia incaica del Inti Raymi o fiesta del Sol. Dichas peregrinaciones, de profunda raigambre andina, son abordadas en el segundo capítulo de este libro. El tercer capítulo está dedicado a manifestaciones del peregrinaje andino moderno que tienen lugar en la provincia de Salta. Entre ellas se describe la peregrinación anual de los pobladores de Tolar Grande a la cima del cerro Macón, situada en el corazón de la puna de Atacama. Dicha procesión, iniciada hace algo más de una década, constituye la única instancia de peregrinaje andino moderno en la que se supera la cota de los 5.500 metros sobre el nivel del mar, a imitación de la usanza de los Incas hace medio milenio. Dicho caso de estudio debe ser comprendido en el marco de los procesos de reivindicación étnica y revival indígena que tienen lugar actualmente en el noroeste de Argentina. Se analizan también en este capítulo dos ejemplos de ceremonias actuales que tienen como escenario a las serranías que flanquean a la ciudad de Salta. Nos referimos a las peregrinaciones de sanación que se efectúan semanalmente en el llamado ?cerro de la Virgen?, congregando a millares de peregrinos procedentes de distintos rincones de Argentina; así como el festejo de la Chakana en el cerro San Bernardo, que convoca una vez al año a medio centenar de residentes salteños cultores de una espiritualidad de corte ecléctico. Inicialmente puede sorprender la inclusión de estos dos casos de estudio en un libro dedicado a peregrinaciones andinas a grandes alturas. Ciertamente, la escasa elevación de las sierras subandinas impide considerar a dichas procesiones como peregrinajes en alta montaña desde un punto de vista estrictamente técnico. Por otra parte, resulta difícil advertir elementos andinos tradicionales en el ámbito de las actividades que se desarrollan en el cerro de la Virgen. Sin embargo, a juicio de la autora, dichas ceremonias merecen ser tratadas en este libro, en virtud de que han permitido instituir a las cumbres de los cerros San Bernardo y cerro de la Virgen como escenarios para el desarrollo de rituales colectivos. Estos casos de estudio sirven también para contrastar, por semejanza o contraposición, algunos aspectos típicos de las procesiones estudiadas en Perú y en la Quebrada de Humahuaca. En el capítulo final se aborda la discusión sobre el peregrinaje andino en alta montaña en relación al culto al agua, la sanación, la logística de las ascensiones, entre otras cuestiones de interés comparativo. Se toman en especial consideración aspectos cognitivos y simbólicos de probable tradición prehispánica que resultan identificables en las modernas procesiones andinas en altura, los cuales tienen reminiscencias de las prácticas ceremoniales efectuadas por los Incas hace más de medio milenio. Entre ellos se cuentan los ritos de saludo al sol, la procesión de transporte de objetos sagrados, la flagelación iniciática, la manipulación lúdica de miniaturas de eficacia multiplicadora y por sobre todo, la concepción de la muerte como una ofrenda a los espíritus de la montaña, que tiñe actualmente la interpretación de los decesos accidentales durante las procesiones, y que antiguamente hallara su expresión directa en las víctimas sacrificiales de las capacochas Incas.