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El fuego es un modelador del paisaje en la mayoría de los ecosistemas vegetales del mundo. Particularmente, en la región del Chaco, ha sido utilizado durante mucho tiempo como herramienta de manejo. Junto con otros factores como las sequías e inundaciones, el fuego se destaca como un agente de disturbio en la región. La mayoría de las veces se inicia de manera intencional, pero se extiende fácilmente sobre los pajonales seminaturales, por los compuestos altamente inflamables que presentan. Por otro lado, aunque el avance del fuego sobre los bosques ocurre en muy raras ocasiones, este disturbio afecta la regeneración de las especies arbóreas sobre los pastizales, estructurando así al ecosistema. El potencial o vigor de brotación de las especies leñosas está determinada por la cantidad de reservas de la planta y su tasa de crecimiento intrínseco. Aunque una mayor tasa de crecimiento implicaría un mayor vigor de brotación, las especies de crecimiento rápido pueden tener menos reservas subterráneas y, por lo tanto, un menor potencial de brotación. En este trabajo se evaluó el comportamiento de renovales de cinco especies de árboles nativos frente a un incendio reciente. Fueron seleccionadas según su tolerancia a la radiación en su establecimiento inicial: (1) altamente tolerantes a la sombra; (2) intermedias y (3) heliófitas. Se midieron la supervivencia y el rebrote de los individuos, luego de un incendio y se comparó este comportamiento con ciertos atributos de las especies, como el crecimiento bajo condiciones constrastantes de radiación en el campo. Aquellas especies de crecimiento rápido y tolerancia a la radiación (2 y 3), fueron las que mostraron mejores valores de brotación post incendio. Asimismo, especies de crecimiento lento y baja tolerancia a la radiación (1) no rebrotaron, pero en estadíos adultos resistirían mejor al fuego por tener una corteza dura y madera con mayor densidad.