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:Frente a otro planos de la historia del primer peronismo, en los que la historiografía alcanzó ciertos acuerdos básicos, el relato de las relaciones entre el Estado peronista y los intelectuales pareciera seguir estando dominado por las memorias de los actores. Podemos aventurar dos razones para explicar esta situación. Por un lado, es probable que en parte se deba al comprensible afán de los propios intelectuales de reafirmar su posición política e intelectual en los sucesivos escenarios políticos posteriores a 1955 a través de la producción y actualización de imágenes parciales e interesadas de esa etapa crucial de la reorganización de las relaciones entre política y cultura en la Argentina. Por otro lado, y quizá en cierta medida por la primera razón, por contraste con otros aspectos del peronismo que fueron y continúan siendo intensamente estudiados y revisados, la vida intelectual durante esta etapa aún no ha sido sometida a un estudio sistemático. Frente a este estado de cosas, la aparición de Intelectuales y Peronismo, 1945-1955, de Flavia Fiorucci resulta una contribución fundamental para comenzar a saldar esta deuda.