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Una de las bondades de la espectroscopía en el infrarrojo cercano es el estudio de la difusión de la luz en tejidos biológicos. En particular, es posible analizar lo que ocurre con la luz inyectada en un sistema como la cabeza humana (compuesta, a grandes rasgos, por piel, cráneo, líquido encefalorraquídeo, materia gris y materia blanca) cuando se producen cambios en la hemodinámica cerebral. En este trabajo modelamos la cabeza humana como un medio ópticamente turbio de cuatro capas, en donde una de ellas es semitransparente, y demostramos que, bajo ciertas condiciones, es posible hacer uso de un modelo difusivo para la reconstrucción de la capacidad de absorción de cada una de ellas.