IBBEA   24401
INSTITUTO DE BIODIVERSIDAD Y BIOLOGIA EXPERIMENTAL Y APLICADA
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Banco de Glomeromycota In Vitro (BGIV): Recursos microbiológicos de Argentina para una agricultura sustentable
Autor/es:
PÉRGOLA, MARIANA; COLOMBO, ROXANA; SILVANI, VANESA ANALÍA; SCORZA, MARÍA VICTORIA; STATELLO, MARINA; GODEAS, ALICIA MARGARITA
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Jornada; Jornadas Exactas y el agro: aportes a la actividad agropecuaria y agroindustrial»; 2019
Institución organizadora:
Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Uninversidad de Buenos Aires
Resumen:
La mayoría de las plantas terrestres establecen en sus raíces la asociación simbiótica mutualista ?Micorriza Arbuscular? con ciertos hongos del suelo del Phylum Glomeromycota (HMA). Las micorrizas arbusculares son muy importantes dada su amplia distribución en ecosistemas naturales y agrícolas, y por los beneficios que aportan a las plantas y a su entorno. Los HMA le proporcionan a las plantas agua y nutrientes (como P y N) a través su red hifal, que al conectar las raíces con el suelo se extiende y explora zonas de difícil acceso. Además, le confieren una mayor tolerancia ante situaciones de estrés (patógenos, sequía, salinidad, metales pesados), y cumplen un rol fundamental en la estabilidad de los agregados del suelo. A cambio, dada su biotrofía obligada, el hongo recibe carbohidratos provenientes de la fotosíntesis para completar su ciclo de vida. Debido a todos esos beneficios, ha crecido el interés en el uso de HMA como insumo microbiológico dentro del marco de una agricultura sustentable. El Banco de Glomeromycota in vitro (BGIV) cultiva HMA asociados a raíces transformadas de zanahoria en condiciones in vitro. En general, los HMA se cultivan usando plantas creciendo en sustrato sólido bajo condiciones de invernadero, pero dicho sistema requiere de grandes espacios y no evita la presencia de microorganismos indeseados. Por el contrario, el uso de cultivos de raíces in vitro como hospedantes de los HMA, permite establecer la simbiosis y el desarrollo de grandes cantidades de propágulos en poco tiempo y espacios reducidos, asegurando la pureza del cultivo. En el BGIV conservamos 40 cepas autóctonas aisladas de diferentes ecosistemas de Argentina, revalorizando la colección a nivel internacional por el número y variedad de especies cultivadas. Varias líneas de investigación son llevadas a cabo en relación al BGIV, entre ellas estudios sobre diversidad, taxonomía y potenciales usos como biopromotores y bioprotectores de los cultivos agronómico. Dado el valor, que actualmente y a futuro, ocupan los bioinoculantes en los sistemas agrícolas resulta fundamental conservar ex situ el germoplasma de tal importante recurso biológico del país.