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El neoliberalismo, y particularmente, el enfoque monetario de la balanza de pagos, naturalizaron la idea de que el desarrollo depende la capacidad de atracción de capital extranjero. Luego de la crisis del 2001, de la devaluación y de la puesta en práctica de políticas heterodoxas, se observan importantes logros. No obstante el neodesarrollismo enfrenta los problemas derivados de la recurrente restricción externa, exacerbada por la transnacionalización y concentración económica, la hegemonía de la especulación financiera y el comportamiento rentístico de gran parte del empresariado. El nuevo rol del estado, la recuperación de algunos resortes de política económica, algunas medidas distributivas e inclusivas, han permitido importantes avances en la perfomance socio-económica del país. Una década de crecimiento con mejoras sociales, en el marco de un contexto regional de avances de la integración suramericana y de una economía internacional en crisis. No obstante, la restricción externa presenta importantes desafíos para la continuidad de este proceso. En este ensayo se parte de afirmar que las alternativas para enfrentarla son definitorias del modelo de desarrollo nacional. El endeudamiento, la apuesta al capital extranjero o el incremento de las exportaciones de materias primas, lejos de consolidar los avances socioeconómicos, podrían consolidar un perfil productivo que no puede generar empleo decente suficiente y amenaza fuertemente la sostenibilidad del desarrollo. Las características de la industrialización, la complementariedad entre los países latinoamericanos, el avance en una nueva arquitectura financiera internacional y en particular, regional, y la construcción de una visión propia y superadora del desarrollo, o posdesarrollo, son parte de la agenda pendiente.