Parámetros morfo-funcionales del oído interno de Ctenomys talarum (Rodentia: Octodontidae)

SCHLEICH, C.E.; S. BEGALL & H. BURDA

Buenos Aires

Congreso; SAREM; 2005

La cóclea realiza un análisis del espectro frecuencial de las señales auditivas mediante el procesamiento de las diferentes frecuencias en diferentes regiones del conducto coclear. Esta distribución del análisis frecuencial a lo largo de la cóclea estaría relacionada con las propiedades mecánicas de algunas estructuras de la cóclea, tales como la membrana basilar, la membrana tectorial y las células ciliadas. Estas estructuras varían entre especies que ocupan un amplio rango de hábitats y especies adaptadas a un tipo particular de ambiente acústico (o especies acústicamente especialistas). Entre los mamíferos, los roedores subterráneos han sido considerados como especies acústicamente especializadas, puesto que presentan modificaciones morfológicas en su órgano auditivo que pueden ser consideradas como adaptaciones al particular ambiente acústico en el cual habitan. Hasta el momento la estructura de la cóclea ha sido solamente estudiada en tres especies de roedores subterráneos, Spalax ehrenbergi, Cryptomys hottentotus y Spalacopus cyanus, revelando la existencia de diversas modificaciones que pueden ser consideradas como adaptaciones para incrementar la sensibilidad auditiva a los sonidos de baja frecuencia. En este trabajo, estudiamos el oído interno de otro roedor subterráneo, el tuco-tuco, el cual constituye, por lo tanto, el cuarto género de roedores subterráneos para el cual información acerca de su morfología coclear se encuentra disponible. El oído interno de C. talarum se caracterizó por presentar una membrana basilar extensa, una mayor densidad de receptores en la región apical de la membrana basilar y un incremento gradual del ancho de la triada de células cilidadas externas desde la base hacia la región apical. Estos rasgos morfológicos pueden ser considerados como especializaciones bio-mecánicas para incrementar la sensibilidad auditiva a los sonidos de baja frecuencia. Estas modificaciones, también presentes en otras especies de roedores subterráneos, sugieren nuevamente la existencia de una adaptación convergente a la comunicación vocal en ambientes subterráneos.