Familias chilenas en el norte de la patagonia argentina: historias de afirmación y disputas por derechos

TRPIN, VERÓNICA; RADONICH, MARTHA; CIARALLO, ANA

Política en movimiento: estado, ciudadanía, exilio y migración en América.

Universidad Iberoamericana

Lugar: México; Año: 2009; p. 450 - 483

En este artículo se analiza la presencia de familias de origen chileno en el norte de la Patagonia argentina, su inserción como mano de obra en la fruticultura del Alto Valle de Río Negro y la creación de territorios para su residencia. Grupos de mujeres y hombres que migraron a esta región desde mediados del siglo XX se establecieron en barrios y “calles ciegas” rurales con el fin de trabajar en las chacras cercanas dedicadas al cultivo de peras y manzanas al tiempo que constituir espacios donde vivir y dedicarse a la crianza de animales y organizar huertas. Es propósito de este trabajo indagar acerca de la relación entre los cambios productivos de la fruticultura y las particulares formas de asentarse que construyeron estos migrantes como expresión de una afirmación territorial, en un espacio en el que la calificación de “ilegal” se tornó un parámetro de posibilidades laborales y residenciales. Las categorías de trabajo, territorio y legalidad e ilegalidad vertebran el estudio para dar cuenta de la complejidad que adquirió la migración chilena en el Alto Valle y de las diversas tensiones que protagonizaron hombres y mujeres que llegaron a la zona sin acceso a la tierra y con la expectativa de mejorar sus condiciones económicas desde el empleo rural.Las categorías de trabajo, territorio y legalidad e ilegalidad vertebran el estudio para dar cuenta de la complejidad que adquirió la migración chilena en el Alto Valle y de las diversas tensiones que protagonizaron hombres y mujeres que llegaron a la zona sin acceso a la tierra y con la expectativa de mejorar sus condiciones económicas desde el empleo rural. Grupos de mujeres y hombres que migraron a esta región desde mediados del siglo XX se establecieron en barrios y “calles ciegas” rurales con el fin de trabajar en las chacras cercanas dedicadas al cultivo de peras y manzanas al tiempo que constituir espacios donde vivir y dedicarse a la crianza de animales y organizar huertas. Es propósito de este trabajo indagar acerca de la relación entre los cambios productivos de la fruticultura y las particulares formas de asentarse que construyeron estos migrantes como expresión de una afirmación territorial, en un espacio en el que la calificación de “ilegal” se tornó un parámetro de posibilidades laborales y residenciales. Las categorías de trabajo, territorio y legalidad e ilegalidad vertebran el estudio para dar cuenta de la complejidad que adquirió la migración chilena en el Alto Valle y de las diversas tensiones que protagonizaron hombres y mujeres que llegaron a la zona sin acceso a la tierra y con la expectativa de mejorar sus condiciones económicas desde el empleo rural.Las categorías de trabajo, territorio y legalidad e ilegalidad vertebran el estudio para dar cuenta de la complejidad que adquirió la migración chilena en el Alto Valle y de las diversas tensiones que protagonizaron hombres y mujeres que llegaron a la zona sin acceso a la tierra y con la expectativa de mejorar sus condiciones económicas desde el empleo rural. Grupos de mujeres y hombres que migraron a esta región desde mediados del siglo XX se establecieron en barrios y “calles ciegas” rurales con el fin de trabajar en las chacras cercanas dedicadas al cultivo de peras y manzanas al tiempo que constituir espacios donde vivir y dedicarse a la crianza de animales y organizar huertas. Es propósito de este trabajo indagar acerca de la relación entre los cambios productivos de la fruticultura y las particulares formas de asentarse que construyeron estos migrantes como expresión de una afirmación territorial, en un espacio en el que la calificación de “ilegal” se tornó un parámetro de posibilidades laborales y residenciales. Las categorías de trabajo, territorio y legalidad e ilegalidad vertebran el estudio para dar cuenta de la complejidad que adquirió la migración chilena en el Alto Valle y de las diversas tensiones que protagonizaron hombres y mujeres que llegaron a la zona sin acceso a la tierra y con la expectativa de mejorar sus condiciones económicas desde el empleo rural.Las categorías de trabajo, territorio y legalidad e ilegalidad vertebran el estudio para dar cuenta de la complejidad que adquirió la migración chilena en el Alto Valle y de las diversas tensiones que protagonizaron hombres y mujeres que llegaron a la zona sin acceso a la tierra y con la expectativa de mejorar sus condiciones económicas desde el empleo rural. Grupos de mujeres y hombres que migraron a esta región desde mediados del siglo XX se establecieron en barrios y “calles ciegas” rurales con el fin de trabajar en las chacras cercanas dedicadas al cultivo de peras y manzanas al tiempo que constituir espacios donde vivir y dedicarse a la crianza de animales y organizar huertas. Es propósito de este trabajo indagar acerca de la relación entre los cambios productivos de la fruticultura y las particulares formas de asentarse que construyeron estos migrantes como expresión de una afirmación territorial, en un espacio en el que la calificación de “ilegal” se tornó un parámetro de posibilidades laborales y residenciales. Las categorías de trabajo, territorio y legalidad e ilegalidad vertebran el estudio para dar cuenta de la complejidad que adquirió la migración chilena en el Alto Valle y de las diversas tensiones que protagonizaron hombres y mujeres que llegaron a la zona sin acceso a la tierra y con la expectativa de mejorar sus condiciones económicas desde el empleo rural.Las categorías de trabajo, territorio y legalidad e ilegalidad vertebran el estudio para dar cuenta de la complejidad que adquirió la migración chilena en el Alto Valle y de las diversas tensiones que protagonizaron hombres y mujeres que llegaron a la zona sin acceso a la tierra y con la expectativa de mejorar sus condiciones económicas desde el empleo rural.