La Sociedad de Beneficencia, espacios de sociabilidad y poder de las primeras damas argentinas 1930-1946

REY, ANA LÍA

Salerno

Simposio; XLI Convegno Internazionale Di Americanistas, Seminario Eva e le Altre; 2019

Università degli Studi Di Salerno - Circolo Amerindiano Salerno

LA SOCIEDAD DE BENEFICENCIA, ESPACIOS DE SOCIABILIDAD Y PODER DE LAS PRIMERAS DAMAS ARGENTINAS 1930- 1946Ana Lía ReyFacultad de Ciencias SocialesFacultad de Filosofía y LetrasUBALa Sociedad de Beneficencia fue una institución abocada a la caridad y la beneficencia. Desde su creación, en 1823, fue dirigida por mujeres de origen patricio, y luego de la consolidación del Estado Nacional, el cargo de Presidenta de la entidad se reservó para las esposas de los primeros mandatarios. Las primeras damas argentinas, a excepción de Eva Duarte, esposa de Juan Perón y ? en menor medida- de Regina Pacini, consorte de Marcelo T. de Alvear, no gozaron del reconocimiento público y su visibilidad social fue escasa. La Sociedad de Beneficencia les proporcionó durante años, además de un espacio de sociabilidad con otras damas de la elite, un lugar de cierta figuración en la escena pública.A partir de los años 1920 y 1930, con el progresivo avance del Estado en los temas vinculados a los servicios sociales y de salud, la Sociedad fue perdiendo vigor. Sin embargo, durante la década de 1930, sus miembros encontraron una forma de ganar algo del protagonismo perdido, a través de la difusión por diferentes medios de comunicación de la entrega de los Premios a la Virtud, evento de alto impacto público cuya ceremonia principal se celebraba anualmente en el teatro Colón de Buenos Aires. En esta comunicación nos proponemos analizar los mecanismos y el proceso de entrega de dichos premios y el rol social y político que aquellas primeras damas buscaron recuperar a través del mismo. Simultáneamente, daremos cuenta de la turbulenta relación que aquellas damas de sociedad tuvieron con el gobierno de Perón y específicamente con su esposa Evita, lo que derivó en la intervención y posterior clausura de la Sociedad, suceso que a su vez abrió definitivamente a Evita el camino que recorrería como Abanderada de los Humildes, a través de la Fundación que llevó su nombre.