De la federación al leviatán: una mitada sobre las fiscalidades del estado central y las provincias en la Argentina de la primera globalización (1880-1918)

EMILIANO SALAS ARÓN

Ciudad de Buenos Aires

Jornada; Seminario de Federalismo Fiscal; 2019

Universidad Torcuato Di tella

Este artículo intentará volver a discutir en la historia de los ciclos fiscales en Argentina durante la primera globalización (1880-1918), centrándonos en la evolución de la hacienda del estado nacional y de los estados provinciales. Las fuentes utilizadas son los presupuestos públicos del estado nacional y las provincias. A partir de ellos y de los datos de evolución poblacional por jurisdicción, se realizaron estimaciones del gasto presupuestado per cápita. A partir de las mismas, se intentará explicar en qué sentido los cambios coyunturales, y los impactos de las instituciones en la economía condicionan a la fiscalidad.Se identifican, a lo largo del escrito, cinco momentos de la fiscalidad. En primer lugar, una etapa de expansión liderada por los estados provinciales, entre 1880 y 1890. En segundo lugar, motivada por las reformas que sobrevienen a la crisis de 1890, se ve un giro rotundo, con una retracción muy violenta de las haciendas provinciales y la emergencia del estado central, hasta fines de la década de 1890, cuando el país decide volver a la convertibilidad del patrón oro, en 1898. En tercer lugar, se identifica un periodo de estabilidad fiscal, con un crecimiento moderado y una participación relativa idéntica por parte del estado central y los estados provinciales. A este momento, le sucede un breve momento de crecimiento explosivo del gasto público, hacia finales de la década de 1900, con una participación relativa constante de los estados nacional y subnacionales.Por último, se identifica el periodo del ajuste durante la recesión económica provocada por la Primera Guerra Mundial. En este momento, se identifica un nuevo cambio institucional contundente, con la aparición de un gobierno democrático. A partir de la emergencia de un nuevo gobierno, identificamos que se da un giro en el direccionamiento del ajuste, reemplazando los tradicionales ajustes decrecientes de los gastos corrientes por una política de ingresos más activa e innovadora, a partir de la creación de un inédito impuesto a las exportaciones.