INSTITUTO "DR. E.RAVIGNANI"   24160
INSTITUTO DE HISTORIA ARGENTINA Y AMERICANA "DR. EMILIO RAVIGNANI"
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Niños jugando. Circulación de imágenes y prescripciones sociales sobre la infancia. Buenos Aires, principios del siglo XX
Autor/es:
CLAUDIA FREIDENRAIJ
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Jornada; V Jornadas de Estudios sobre la infancia. Experiencias, políticas y desigualdades; 2018
Institución organizadora:
UBA/UNSAM/UNCPBA/UNGS
Resumen:
Una serie de fotografías muestran «niños jugando». Un coro de niñas saltando a la soga; tres muchachitos concentrados sobre un cajón que hace las veces de mesa; dos niñas balanceándose sobre una tabla, colocada a su vez sobre un cajón, a modo de ?sube y baja?; un grupo de chicos saltando sobre una rayuela de tiza dibujada en el piso. Se trata de un fondo del Departamento de Documentos Fotográficos del Archivo General de la Nación. Aunque no tienen una datación precisa, sabemos que han sido capturadas los últimos años del siglo XIX o tal vez los primeros del siglo XX. Y aunque tampoco registran la firma de autor, tenemos fuertes sospechas de que este fondo, compuesto por más 70 fotografías, lo debemos a la lente de Juan María Gutiérrez, un fotógrafo amateur que integraba la Sociedad Fotográfica Argentina de Aficionados. Este trabajo se propone indagar la producción y los usos de un puñado de esas imágenes que casi al mismo tiempo que fueron tomadas, circularon por canales que llegaban a miles de personas: las páginas del magazine ilustrado Caras y Caretas y los libros de lectura de Pablo Pizzurno. Durante el año 1902 Caras y Caretas publicó en la sección ?Páginas infantiles? una serie de estas fotografías acompañadas de textos firmados por Figarillo (seudónimo de Jorge Mitre). De alto contenido normativo y con clara finalidad pedagógica, esta columna que solía ocupar una página completa difundió masivamente (gracias a los avances técnicos de las artes gráficas y de la fotografía) imágenes y textos que transmitían las formas correctas de jugar, diseminaban normas de conducta y sociabilidad infantiles, esparcían valores, pautas de comportamiento y juicios de valor de y sobre niños y niñas. En 1901 el pedagogo Pablo Pizzurno editó El libro del escolar, una serie de libros de lectura para los primeros años de educación primaria que fueron sumamente exitosos. La masividad de estos manuales y sus múltiples ediciones (que replicaron prácticamente sin cambios esta primera edición, por lo que las imágenes de niños jugando y los textos que las acompañaban llegaron a miles de niños de varias generaciones) alientan el análisis de estos libros de lecturas escolares como uno de los dispositivos de construcción simbólica más difundidos. Con Sontag, partimos de la idea de que las fotografías constituyen una interpretación del mundo. Y con Barthes, de la convicción de que la fotografía es producida por el fotógrafo y también por la redacción del magazine que las publica o del autor del libro que decide incluirlas y ?a través del texto que las acompaña- direcciona nuestra lectura (y la de los contemporáneos, por supuesto). El marco cronológico que sigue este trabajo es acotado, en la medida en que las fuentes corresponden a los primeros años del siglo XX. Sin embargo, es preciso ensanchar el punto de mira para mejor comprender las condiciones de posibilidad de la circulación de estas imágenes por canales masivos. Por entonces la fotografía no era nueva: llevaba medio siglo siendo practicada en la ciudad de Buenos Aires, período en el que se fue aggiornando a cada uno de los adelantos técnicos que vivió el arte fotográfico en la segunda mitad del siglo XIX. Lo que sí era novedoso en el ocaso del siglo XIX era el sistema positivo-negativo, que permitía la reproductibilidad de la imagen al infinito sobre el papel. La industria gráfica y editorial pronto percibieron las potencialidades de este nuevo sistema y desde la década de 1880 se desarrollaron los procesos fotomecánicos que permitieron la edición de fotografías aisladas y su inclusión en distinto tipo de publicaciones. Esto posibilitó la circulación masiva de una serie de imágenes entre las que se hallan las que aquí sometemos a examen. A fines del siglo XIX asistimos entonces a la masificación de las prácticas fotográficas y a una renovación del mundo editorial basado en el impacto de la fotomecánica. Es en ese cruce de fotografía y mundo editorial que se ubica este trabajo. Interesa desentrañar en este estudio cómo ciertas prácticas fotográficas encuentran nuevos carriles de circulación y, en ese encuentro, las imágenes adquieren nuevos usos y significados sociales. Libros de lectura escolares y revistas ilustradas de circulación masiva constituyeron productos comerciales que vehiculizaron ciertas ideas sobre el juego infantil, pero no lo hicieron de manera ascética, librada de direccionamientos. La elección de imágenes y la redacción de los textos que las acompañaron tuvieron una finalidad pedagógica y una orientación moral: niños, niñas y adultos (receptores y consumidores de estos productos) encontraban en su lectura prescripciones sobre lo admitido y lo reprobado, lo correcto y lo indebido. Libros y revistas estimulaban ciertas conductas y censuraban otras; alimentaban un arco de valores y comportamientos a la vez que desalentaban otros. Es hipótesis de este trabajo que las imágenes y los textos que las acompañaron direccionaron su lectura de manera tal que contribuyeron a establecer y reforzar jerarquías de clase y de género que, por la propia masividad de los carriles por los que circularon, operaron naturalizándolas, con lo que tendieron a generar la aceptación masiva de ciertas formas de organización de la sociedad y de las relaciones entre los géneros.