Fuerzas armadas, violencia y orden político. Argentina, último tercio del siglo XIX

FLAVIA MACÍAS

CABA

Congreso; XIII Congreso Nacional de Historia Política. SAAP - UTDY; 2017

Sociedad Argentina de Análisis Político

Este ensayo propone repensar el lugar de las armas en el orden inaugurado en 1880, pero mediante una reflexión enmarcada en una temporalidad distinta que arranque de la experiencia de debate y de conflictiva convivencia de diferentes maneras de comprender el Estado, la ciudadanía y el uso de la fuerza, durante la década de 1870. Se formulan las siguientes hipótesis: en primer lugar, el denominado orden conservador impuso una forma de funcionamiento político y una manera de construir legitimidad que si bien permitió alcanzar, -en gran medida y no sin conflictos- el objetivo de controlar la sucesión por varios años, no logró proyectar más allá de la primera presidencia de Julio Argentino Roca, uno de sus principios fundantes: el monopolio de la violencia legítima por parte del poder central. Un año después de iniciada la nueva administración encabezada por su sucesor, Miguel Juárez Celman, la revolución volvió a asociarse al mundo de la política como mecanismo de tramitación y resolución de los conflictos. Una serie de acontecimientos similares y de mayor magnitud se repitieron en otras provincias en 1890 y 1893, y tuvieron como efecto destacado ?entre otros y más allá de los cuestionamientos del funcionamiento del régimen- la reapertura del que, sostenemos, fue un viejo debate que, en 1880, parecía haberse clausurado: la cuestión del uso de la fuerza en la vida política republicana y las disputas por su legítimo control. En segundo lugar, sostenemos que diferentes criterios de defensa convivieron en tensión desde la firma del pacto constitutivo de 1853. Pero fue en la década de 1870 cuando los debates y enfrentamientos clarificaron nociones de orden que traccionaron el período previo a los acontecimientos de 1880 y que, en definitiva, remitían a diferentes maneras de concebir el Estado, la ciudadanía y el uso de la fuerza. Esas nociones convivieron en tensión y más allá de la imposición de aquel año, reemergieron con posterioridad a la salida de Julio Argentino Roca de su primera presidencia y dinamizaron -y volvieron a tensionar- el escenario de fin de siglo.