La técnica como lenguaje masculino: la inventiva popular en las cartas a Perón (1946-1955)

COMASTRI, HERNÁN

Congreso; XIII Jornadas Nacionales de Historia de las Mujeres y VIII Congreso Iberoamericano de Estudios de Género; 2017

El presente trabajo tiene como objetivo observar la articulación de un discurso público y semi-público de la técnica con una imagen de la masculinidad y de la división sexual del trabajo relacionado con el mismo, en los años abarcados por las primeras presidencias de Juan Domingo Perón (1946-1955). Este recorte temporal específico se explica por el hecho de contar, para este período, con un rico archivo epistolar que reúne un particular diálogo entre las clases populares y el Estado Nacional en el que encontraría un vehículo de expresión epocalaquello que Beatriz Sarlo caracterizó como la ?imaginación técnica popular? .A través del análisis de estas fuentes y de la relación de las mismas con los discursos públicos de la prensa, la publicidad o la propaganda política que les fueron contemporáneos, se observará la construcción del ?saber-hacer? técnico como un lenguaje y un espacio eminentemente masculino, que relegaba a la mujer, en el mismo proceso, a un rol puramente pasivo frente al mismo.El archivo epistolar que se utilizará a lo largo de este trabajo, hoy parte del acervo del Archivo General de la Nación (AGN), se constituyó como tal a partir de la convocatoria pública del presidente Perón en distintos medios gráficos y radiales que, a fines de 1951, llamó al envío a la Secretaría Técnica de la Presidencia (STP) de ideas, proyectos, pedidos y reclamos de la ciudadanía que, tras ser apropiadamente evaluados, podrían potencialmente pasar a ser incluidos en el Segundo Plan Quinquenal, aún en preparación. Sin embargo, las iniciativas populares no esperaron a esta convocatoria oficial para expresarse a través de la correspondencia, y ya desde sus primeros meses en el gobierno el peronismo había recibido cientos de cartas de este tipo; en este sentido, el llamado de Perón a la colaboración de la ciudadanía debería ser leído como una respuesta a una demanda social de participación y reconocimiento, antes que como una política de Estado que, desde un vértice político, crea una dinámica social nueva. Lo que sí cambia luego del llamamiento de Perón es la cantidad de cartas recibidas (cuyo número se multiplica hasta la caída del gobierno en 1955, mucho después de finalizado, lanzado e implementado el Segundo Plan Quinquenal) y el tratamiento burocrático que las mismas recibieron: si las primeras cartas cuentan apenas con un sello de Mesa de Entradas, las posteriores a diciembre de 1951 son copiadas por triplicado, enviadas para su evaluación a organismos técnicos especializados, respondidas con pedidos de aclaraciones o mayores precisiones, y finalmente aceptadas o rechazadas. Todo esto obviando cualquier tipo de distinción entre aquellas misivas que no pasaban de un dibujo a mano alzada y algunas líneas a modo de explicación, de aquellas otras que incluían croquis profesionales, registros de patentes y descripciones técnicas especializadas. En total, la STP recibió más de 20.000 cartas, 500 de las cuales contienen inventos, innovaciones técnicas o proyectos de carácter científico-tecnológico. Menos de un 2% de estas iniciativas, sin embargo, llevan la firma de una mujer, fenómeno que buscaré explicar en las siguientes páginas.