INSTITUTO "DR. E.RAVIGNANI"   24160
INSTITUTO DE HISTORIA ARGENTINA Y AMERICANA "DR. EMILIO RAVIGNANI"
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Escenarios y actores del conflicto político: prensa, Congreso y movilizaciones (1880-1900)
Autor/es:
NAVAJAS, MARÍA JOSÉ; INÉS ROJKIND
Lugar:
Rosario
Reunión:
Jornada; X Jornadas del Programa Interuniversitario de Historia Política; 2016
Resumen:
Esta ponencia ofrece un análisis de la dinámica política en torno a la crisis de 1890 en el marco de un proyecto que estudia los actores, las formas y los espacios políticos de finales del siglo XIX. Se trata de ampliar la perspectiva de observación que ha predominado en los estudios sobre el periodo, perspectiva que enfatiza las tensiones internas del régimen político, especialmente entre los sectores que conformaban el Partido Autonomista Nacional (PAN). Mediante la incorporación de otros actores y escenarios esperamos dar cuenta de las articulaciones entre la esfera político-partidaria y la escena pública y evaluar su importancia en el funcionamiento y las alternativas de la vida política argentina. El análisis que aquí presentamos tiene como eje el impacto originado por el levantamiento armado del 26 de julio de 1890, pero abarca el periodo 1887-1894 e incluye dos escenarios urbanos con características diferentes: Tucumán y Buenos Aires. La historiografía del período ha explorado diversas aristas de la crisis política e institucional que se originó con el estallido de la Revolución del Parque en la ciudad de Buenos Aires. Aunque fallida, la impugnación revolucionaria causó en términos de Natalio Botana múltiples fisuras en el funcionamiento del régimen de hegemonía gubernamental que el PAN había instaurado en 1880. Fisuras en el sistema de alianzas sobre el que se montaba la hegemonía del PAN, porque hubo que incorporar al sector moderado de la oposición (los cívicos nacionales) al juego de negociaciones y acuerdos entre grupos. Fisuras en el control de los comicios, porque la competencia electoral se abrió parcialmente a la participación de fuerzas políticas rivales. Y, sobre todo, fisuras originadas en la continuidad de un ciclo revolucionario que, bajo el liderazgo de la oposición más intransigente, representada por la Unión Cívica Radical (UCR) se extendía ?desde el centro hasta la periferia de las provincias? y ponía en cuestión los principios sobre los que se asentaba la legitimidad del régimen. Los análisis sobre el periodo han atendido distintas variables que explican la crisis y la configuración del escenario político posterior. Esos análisis confirman la imagen postulada por Botana de ?un orden ambivalente, duradero sin dejar de ese inseguro?, que logró sobrevivir a las turbulencias desatadas por el desafío revolucionario, pero que no pudo cerrar las grietas que, progresivamente, fueron corroyendo su legitimidad. Se suele afirmar, por otra parte, que el factor verdaderamente desestabilizante eran los conflictos internos que dividían al PAN y que lo volvían más vulnerable frente a las amenazas externas. Aunque se aceptan las intuiciones de Ezequiel Gallo sobre un proceso de intensificación, diversificación y aumento de la participación política que se habría registrado durante aquellos años, ha sido escaso el interés por explorar ese tema con mayor profundidad. Prevalece el supuesto según el cual, con excepción quizás de la violencia revolucionaria, las formas de intervención política que podían implicar a sectores más amplios de la población carecían de verdadera incidencia o eficacia política. Aunque no pretendemos objetar por completo ese supuesto, si esperamos revisarlo y discutirlo, así como también reconsiderar algunos aspectos de la cronología y de la dinámica de la crisis que se derivan de enfoques que sólo consideran las alternativas del escenario porteño.