Indicadores de edad en huesos de pingüinos patagónicos (Spheniscus magellanicus). Aportes para la discusión sobre la explotación de áreas de nidificación.

CRUZ, I.; RECOFSKY, M.; KAUFMANN, C. A.; ALVAREZ, M. C.; GUTIÉRREZ, M. A.; CRUZ, I.; KAUFMANN, C. A.; RECOFSKY, M.; GUTIÉRREZ, M. A.; ALVAREZ, M. C.

Rio gallegos

Congreso; IV Encuentro Latinoamericano de ArqueoZoología (ELAZ); 2018

Universidad Nacional de la Patagonia Austral

Las discusiones acerca de las interacciones entre cazadores-recolectores y aves marinas en la costa atlántica de Patagonia continental son escasas, particularmente en el caso de la explotación de las áreas de nidificación de los pingüinos Patagónicos (Spheniscus magellanicus). Estos pingüinos son las aves marinas más abundantes de la región y actualmente su distribución reproductiva en Argentina abarca desde la provincia de Río Negro hasta Tierra del Fuego. Uno de los factores que ha impedido el avance de las discusiones sobre el tema es la falta de indicadores claros que permitan establecer de manera no ambigua la explotación durante el período reproductivo. En este trabajo, nuestro objetivo es presentar algunos indicadores de edad en los huesos de estas aves, aspecto que consideramos necesario para abordar el tema desde la zooarqueología. Para establecer estos indicadores se trabajó con una muestra actual obtenida en Punta Entrada, un territorio marino litoral ubicado en la margen sur del estuario del río Santa Cruz (provincia de Santa Cruz, Argentina), donde nidifican unas 48.000 parejas de pingüinos Patagónicos. La recolección de la muestra fue efectuada en mayo de 2017, luego de finalizado el período reproductivo, que es cuando se produce la mayor mortalidad. Se colectaron 19 carcasas completas de individuos de diferentes clases de edad (pichones, juveniles, adultos), que fueron definidas en función de las características del plumaje. Los adultos de la especie poseen un plumaje que se caracteriza por el dorso de color negro y la presencia de una media luna blanca a cada lado de la cabeza, una banda negra en la garganta bordeada por plumas blancas y otra banda negra en forma de U invertida que se extiende desde el pecho hacia abajo en cada flanco. Los pingüinos juveniles tienen el plumaje más gris que los adultos y carecen de las bandas en la cabeza, cuello y pecho. Los pichones eclosionan con plumón inicial gris oscuro en el dorso y gris claro en el vientre, a partir de las dos semanas aparece el plumón secundario que es gris en el dorso y blanco ventralmente. La muestra de Punta Entrada está conformada por nueve pichones, cuatro juveniles y seis adultos. Durante la recolección en el campo se georeferenció cada carcasa, se tomaron fotos de los individuos en su ubicación original y se caracterizó el sustrato y ambiente. En el laboratorio se fotografió cada carcasa y se tomaron muestras de plumas. Para la preparación, las carcasas fueron segmentadas en unidades anatómicas discriminando lateralidad. Los esqueletos se maceraron utilizando enzimas para facilitar la remoción del tejido blando, lo que se efectuó manualmente. Una vez secos, los huesos fueron siglados consignando ubicación geográfica y el correspondiente número de individuo y elemento. Hasta el momento, se han analizado cinco elementos de ocho individuos (dos adultos, tres juveniles, tres pichones): húmero, coracoides, fémur, tibiotarso y tarsometatarso, usualmente considerados diagnósticos para las determinaciones taxonómicas en las aves. En las comparaciones de las diferentes clases de edad se tuvieron en cuenta el grado de osificación, la textura y porosidad del tejido óseo, el grado de fusión de las epífisis y el grado de desarrollo de rasgos anatómicos diagnósticos. Los resultados obtenidos permitieron establecer que es posible diferenciar claramente cada una de las clases de edad definidas en los elementos seleccionados. Las características que consideramos diagnósticas son principalmente las diferencias en la textura y porosidad del tejido óseo, el grado de fusión de epífisis, el grado de osificación y el desarrollo de rasgos diagnósticos como crestas, bordes y fosas. El indicador clave para establecer la existencia de un área de nidificación o su explotación es la presencia de huesos de pichones (individuos de menos de dos meses de edad), que se diferencian claramente de los de juveniles y adultos. En el futuro se espera ampliar la comparación a todos los elementos del esqueleto y abarcar todos los individuos de la muestra. Consideramos que éste será un aporte no sólo para discutir la explotación de áreas de nidificación, sino que también permita abordar temas como la existencia de estas áreas en lugares puntuales de la costa, la estacionalidad de las ocupaciones humanas y la construcción de perfiles de edad para discutir las estrategias de explotación de la especie en diferentes contextos (en áreas de nidificación y fuera de ellas) a lo largo de todo su rango de distribución geográfica.