INIGEM   23989
INSTITUTO DE INMUNOLOGIA, GENETICA Y METABOLISMO
Unidad Ejecutora - UE
artículos
Título:
Vitamina D en la época del COVID-19
Autor/es:
OLIVERI B
Revista:
Osteoporosis y enfermedades Oseas
Editorial:
Centro Mautalen
Referencias:
Año: 2020
ISSN:
1851-1821
Resumen:
La vitamina D (VD) es fundamental para la salud ósea en todas las etapas de la vida desde el desarrollo fetal hasta la tercera edad. También participa en la regulación de numerosos tejidos y órganos (acciones extraesqueléticas o no clásicas). La fuente natural de VD en el ser humano es su síntesis en la piel por exposición a la radiación ultravioleta (UV) del sol, ya que muy pocos alimentos la contienen, o puede indicarse por suplementación. La VD sintetizada en la piel, ingerida por los alimentos o por suplementos es hidroxilada en el hígado a 25 hidroxivitamina D (25OHD) que representa el estado nutricional de la VD. Posteriormente en el riñón es hidroxilada por la 1α hidroxilasa (CYP27B1) a 1,25 dihidroxivitamina D (1,25(OH)2D) o calcitriol, hormona activa que interviene en la homeostasis del calcio. La 1,25(OH)2D ejerce su función biológica principalmente por el estímulo o inhibición de la trascripción génica a través de su unión al receptor de VD nuclear (VDR). La 25OHD circulante puede ser sustrato en numerosas células que poseen VDR y CYP27B1 para sintetizar 1,25(OH)2D, bajo regulación parácrina y autócrina y ejercer las acciones extraesqueléticas o no clásicas de la VD. Existe controversia en la clasificación de los niveles de 25OHD. El Instituto de la Salud de EEUU estableció como deficiencia a los niveles inferiores a 20ng/ ml, principalmente para sus acciones relacionadas con el metabolismo mineral y óseo mientras que otras sociedades científicas y expertos, consideran deseables a los niveles mayores de 30ng/ml. Incluso se sugieren como óptimos niveles >40-50 ng/ml para las acciones no clásicas de la VD. La hipovitaminosis D se ha asociado a mayor prevalencia de enfermedades infecciosas (tuberculosis, enfermedades respiratorias, enfermedades virales), cardiovasculares, autoinmunes (como artritis reumatoidea, esclerosis múltiple), algunos cánceres, diabetes, e incluso a aumento de la mortalidad. El riesgo de deficiencia de vitamina D aumenta cuando hay poca o nula exposición a la radiación UV; altas latitudes, climas rigurosos, en las estaciones de otoño e invierno, por razones sociales o religiosas, en las ciudades con contaminación ambiental y elevada edificación, y por supuesto por falta de exposición a la luz solar/aire libre por estar recluidos en los hogares. Además, un grupo de riesgo especial son los adultos mayores, cuya capacidad de síntesis de VD es 60-70% menor que una persona joven. En la Argentina los sujetos mayores de 65 años, ambulatorios de ambos sexos que no recibían VD, presentaron deficiencia de VD del 52 %, 64% y 87% en el norte, centro o sur del país respectivamente. Siendo los porcentajes aún mayores en la población institucionalizada en geriátricos.