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La pediculosis es una enfermedad mundial, muy común en los niños en edad escolar. Es producida por un ectoparásito, Pediculus humanus capitis, que pasa su vida en el huésped humano. La transmisión se produce principalmente a través del contacto directo de cabeza a cabeza. Aunque los piojos no transmiten ningún patógeno específico, puede producir infecciones secundarias por bacterias por rascado del cuero cabelludo. En marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud declaró al brote de COVID-19 como pandemia mundial. El COVID-19 es causado por el SARS-CoV-2, una variante del coronavirus. Por lo tanto, el 18 de marzo de 2020, el gobierno de Argentina estableció el aislamiento obligatorio por tiempo indeterminado. El aislamiento obligatorio no permitió el contacto directo entre personas de diferentes casas por lo cual era esperable una menor diseminación de los parásitos con la consecuente disminución de su población. En este estudio se evaluó mediante una encuesta on line cómo el confinamiento afectó la prevalencia de piojos durante la cuarentena comparado con la situación previa a la cuarentena. Se evaluó ademas las diferentes estrategias de control, cantidad de tratamientos realizados y la cantidad de insectos extraidos, para la erradicacion en el hogar. Se encuestaron 1118 chicos obtenidos de 627 encuestas. Como resultado se observó que la infestación por piojos disminuyó durante la cuarentena de forma signifactiva. Además se determinó que la posibilidad de contagio se redujo 3 veces en situacion de confinamiento. Un hallazgo destacado fue que en hogares donde convivían hasta 2 niños, se controló más eficazmente la infestación respecto los hogares que tenían 3 o más de niños. De esta manera se puso en manifiesto cómoel aislamiento modifica la dinámica poblacional de este parásito y cómo podría afectar la trasmisión de la pediculosis en un futuro.