IDACOR   23984
INSTITUTO DE ANTROPOLOGIA DE CORDOBA
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Intelectuales y poder: algunas definiciones conceptuales
Autor/es:
PABLO PONZA
Lugar:
Cordoba
Reunión:
Jornada; VII Jornadas de Política y Cultura: Intelectuales, medios y TICs; 2013
Institución organizadora:
Facultad de Derecho, Escuela de Ciencias de la Información
Resumen:
VII Jornadas de Política y Cultura: Intelectuales, medios y TICCátedra de Movimientos Estéticos y Cultura ArgentinaEscuela de Ciencias de la Información Universidad Nacional de Córdoba28 y 29 de octubre de 2013Título: ?Los Intelectuales y el poder: algunas definiciones conceptuales?Eje temático: Los intelectuales. Modalidades. Su relación con al poder político.Autor: Pablo Ponza, DNI: 25038633.Procedencia institucional: CONICET-IDACOR-UNC.Palabras clave: Intelectuales, Poder, Cultura Política.La idea central de esta ponencia es avanzar en el análisis y definición de la categoría conceptual Intelectuales. Este concepto amplio y difuso -según como se lo aplique- puede adoptar diferentes matices. Si bien algunos científicos sociales se han esforzado por identificar las especificidades de los subgrupos, con frecuencia utilizamos el mismo término para referirnos a una enorme diversidad de intelectuales.Pero entonces ¿quién debe ser considerado un intelectual? Desde mi punto de vista, puede llamarse intelectual a aquel sujeto que periódicamente analiza y comunica símbolos, valores e ideas frente a un auditorio más o menos amplio. Intelectual es aquel agente social que posee un capital simbólico reconocible, intereses específicos en juego y pretensiones de verdad en la esfera político-cultural donde se halla inserto. El conocimiento es un capital simbólico y, como todo capital, tiene un determinado valor de cambio en el mercado. El capital simbólico de una persona puede ser determinado, por ejemplo, a través de su profesión. Asimismo, la gama de intereses que motiva la tarea de un intelectual puede responder a diferentes estímulos: económicos, simbólicos (prestigio y reconocimiento), moral (principios o creencias religiosas), político (inclinaciones ideológicas), etcétera.El diccionario de la Real Academia Española dice que intelectual es un adjetivo relativo al entendimiento, pero acepta que este pueda usarse como sustantivo, en cuyo caso designa a la persona ?dedicada preferentemente al cultivo de las ciencias y las letras?. Este vocablo se utilizó como sustantivo por primera vez en 1652 en inglés. Etimológicamente la palabra deriva del latino intellegere, en el cual inter (entre) indica el elegir entre varias cosas (o ideas), es decir, comprender, entender. Pero el diccionario va más allá y acepta el sustantivo intelectualidad como sinónimo de entendimiento y también como conjunto de personas cultas de un país o región. Es decir, según este diccionario, intelectuales son aquellas personas cultas que tienen por actividad principal ejercer el entendimiento y la utilizan profesionalmente para comparar o juzgar hechos de la realidad concreta.Hablar de intelectual significa entonces hacer mención al inmediato ejercicio social de la categoría profesional de una persona. En suma ?y entendida la inteligencia como instrumento de conocimiento y comprensión- intelectual es la persona que utiliza su inteligencia y capacidad analítica como instrumento principal de su actividad. Por su parte, Camp Roderic (1988: 61) no considera al intelectual como alguien controlado por la disciplina, sino como un innovador en una o más disciplinas, que se siente cómodo y se comunica con otros en diversos campos. La creatividad es esencial para esta definición, porque si bien puede ser el intelectual un crítico social o de otra índole, su observación debe plantear alternativas o perspectivas, y no ser un mero ejercicio académico.En las sociedades occidentales modernas los intelectuales desempeñan funciones específicas, como por ejemplo interpretar experiencias pasadas, explicar y legitimar la autoridad o la constitución del poder, instruir o facilitar las herramientas conceptuales que permitan interpretar las experiencias sociales, políticas, estéticas y religiosas que acontecen en nuestro medio? (Alba, 1976: 29). Sin duda las necesidades de una sociedad compleja fomentan la actividad intelectual. Cuanto más compleja se torna una sociedad, una institución o empresa, tanto más requiere de una articulación intelectualizada y racional que de sentido a la acción individual. Johann Fitche (1908: 258) señala que: ?los conocimientos del intelectual han de servir para que la sociedad pueda emplearlos. El intelectual ha de conseguir que la gente sienta sus verdaderas necesidades y ha de darles a conocer los medios para satisfacerlas?.El sociólogo Robert Michels (1953: 118) señala que no puede definirse a los intelectuales por su posición en el mundo académico, aunque muchos de ellos pertenezcan a él, así como tampoco los define su grado de cultura. Lo esencial es que ?asimilen el conocimiento y lo empleen en el trabajo mental?. Según Gertrude Stein (1988: 21) un creador no marcha delante de su generación, pero es el primero de sus contemporáneos que cobra consciencia de lo que está ocurriendo. Por lo tanto, no es necesariamente el descubrimiento de una nueva idea lo que representa al intelectual, sino el hecho de que podamos reconocerlo cuando lo contemplamos?. En su trabajo sobre Los intelectuales y el Estado Camp Roderic (1988: 21) comenta que lo que más sorprende a los norteamericanos de la cultura política de América Latina, es la naturaleza del poder, pues el prestigio social se mide en términos de influencia pública. El funcionario público exitoso utiliza la universidad como un lugar de identificación con el prestigio, el saber y el talento. Este espacio público además de ser un espacio de formación académica, se utiliza como escenario relacional, como trampolín o plataforma para despegar hacia la vida profesional donde desarrolla su actividad el intelectual o el político-intelectual. Por su parte, las sociedades anglosajonas miden el prestigio en términos de riqueza acumulada y desarrollo individual.