IDACOR   23984
INSTITUTO DE ANTROPOLOGIA DE CORDOBA
Unidad Ejecutora - UE
capítulos de libros
Título:
Humanidad, patrimonio, ancestro: ¿de qué hablamos cuando hablamos de arqueología pública en Córdoba
Autor/es:
MARIANA FABRA; MARIELA ZABALA
Libro:
La Arqueología Pública en Argentina: Historias, tendencias y desafíos en la construcción del campo disciplinar
Editorial:
EDIUNJO
Referencias:
Lugar: Jujuy; Año: 2015; p. 190 - 225
Resumen:
En este artículo nos interesa reflexionar sobre nuestras prácticas como Programa de Arqueología Pública ?PAP- dependiente del Museo de Antropología y la Secretaria de Extensión Universitaria de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba (SEU, FFyH, UNC). Queremos mostrar la trayectoria académica y junto a la comunidad que llevaron a la conformación del Programa, sus objetivos, metodología y experiencia de trabajo, así como historizar sobre cómo estas prácticas se han ido modificando no sólo por cambios disciplinares sino por el proceso de comunalización de sujetos que se reconocen como ?comechingones? (Bompadre, 2013) y la reconstrucción de identidades (Palladino, 2013) que viven algunas comunidades de la provincia de Córdoba, desde la conmemoración de los 500 años de la llegada de los españoles a América en 1992. En el imaginario cordobés está muy cristalizado considerar que todos descendemos de los barcos . Que los pocos negros que había fueron reclutados por San Martín para los cruces que realizo en la Cordillera de los Andes entre 1817 y 1824. Y que los indios se mestizaron con los españoles. Por lo cual se afirma, en Córdoba no hay indios, ni negros, somos mestizos o inmigrantes europeos. Algunos hechos hicieron que esto comenzara a ser cuestionado desde distintos espacios sociales y académicos. Entre ellos, la creación del Instituto de Culturas Aborígenes en 1992, a partir del interés de un grupo de descendientes de originarios que vivía en la ciudad y quería ser una voz que representara la vida de sus comunidades . En el 2004 al Censo Nacional de Población y Vivienda, que tuvo lugar en el 2001, se le agregó una Encuesta complementaria de Pueblos Indígenas que arrojó que 5.119 personas se reconocían como comechingonas o descendientes en el territorio provincial y 10.8863 personas en toda la Argentina (Bompadre 2013 y Stagnaro 2013:81). En consonancia, la muestra del Museo de Antropología (FFyH, UNC) inaugurada en el año 2002, plantea en su guión museológico la profundidad temporal del poblamiento de la región central del país, actualmente cubriendo parte del territorio de la provincia de Córdoba, ocurrida hace cerca de 10.000 años, y la complejidad y diversidad de adaptaciones y modos de vida que se dieron a lo largo del tiempo, desde una perspectiva arqueológica (Bonnin 2000). Por otra parte, desde la bioantropología, numerosos estudios sobre ADN antiguo (Nores et al. 2011) y contemporáneo (Garcia y Demarchi 2006, 2009) han demostrado la pervivencia de linajes amerindios en la población actual, en casi un 80% para linajes mitocondriales, sugiriendo continuidad poblacional en algunas regiones de la provincia (ej. noreste de Córdoba), así como cambios en la composición biológica de la población en los últimos 4000 años, sugiriendo una compleja historia poblacional, diferencias entre las poblaciones que ocuparon las sierras y las llanuras de Córdoba, y vínculos con otras poblaciones de la región pampeana, patagónica, de la región chaco-santiagueña y el Humedal del Paraná Inferior (Fabra y Demarchi 2013; Fabra 2013b). Otros estudios han demostrado también la pervivencia de un 8% en la población actual de Córdoba de linajes africanos (Pauro et al. 2010). Más recientemente, en 2008, la Comunidad Comechingona del Pueblo de la Toma proclamó 8 curacas y en 2010 reciben el reconocimiento del Estado Nacional mediante la obtención de la personaría jurídica y la inscripción en el Registro Nacional de Comunidades Indígenas (Gleser 2009; Stagnaro 2013:91), a lo cual se suman en la actualidad 5 comunidades comechingonas reconocidas y registradas , y 11 que solicitaron su inscripción en el Registro Nacional de Comunidades Indígenas, dependiente del INAI . En 2011 en el seno de la Universidad Nacional de Córdoba se creó ?El Malón Vive, grupo universitario indígena? como una ?herramienta de lucha? con la intención de trabajar en nuestros derechos y cosmovisión? . En el ámbito académico, se produjeron en el país una serie de debates y discusiones en torno a cuestiones que involucran el rol del arqueólogo, la excavación, así como la exhibición o no de restos humanos en museos, los derechos de los pueblos originarios de decidir sobre restos y materialidades que consideran legado de sus antepasados, entre otras problemáticas (Gómez Otero 2011). Se generaron actas, declaratorias y códigos de ética profesional -AAPA (2003), Declaración de Rio Cuarto (2004), AABA (2007) y AAPRA (2010)- así como jornadas periódicas para discutir cuestiones vinculadas con la restitución de restos humanos ?Buenos Aires y Mar del Plata (2011) Olavarría (2013)-. Este nuevo escenario social demandó a nuestro equipo el diseño de nuevas estrategias para abordar problemas y tensiones relacionadas con la recuperación, conservación y puesta en valor patrimonial de bienes arqueológicos que se encuentran en riesgo, que son reconocidos como tales por comunidades locales y quieren que sean no sólo conservados sino investigados y devueltos los conocimientos generados, en el marco del ejercicio de sus derechos culturales, así como también los derechos de las comunidades originarias ante materialidades que consideran parte de su identidad y legados ancestrales. En este proceso, se procuraron espacios de intercambio con algunos de estos actores sociales para dar cuenta de nuestro trabajo y resultados, así como pensar estrategias de trabajo conjuntos. De este proceso queremos dar cuenta en esta comunicación, a partir de la presentación y de la reflexión sobre algunos casos trabajados, así como los desafíos que vislumbramos para los próximos años.