INVESTIGADORES
MACIAS Flavia Julieta
congresos y reuniones científicas
Título:
Las fuerzas militares entre la provincia y la nación (1868-1874)
Autor/es:
FLAVIA MACÍAS
Lugar:
Instituto de Historia Argentina y Americana Dr. Emilio Ravignani
Reunión:
Jornada; Jornada de Debate: Ejército, Milicias y Frontera en el siglo XIX; 2010
Institución organizadora:
Red de Estudios Rurales (RER) - Instituto de Historia Argentina y Americana Dr. Emilio Ravignani - UBA
Resumen:
Este trabajo analiza el problema de la configuración de la fuerza pública, prestando atención a un período en particular, la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento (1868-1874) y a una región en especial, el norte con referencia a Tucumán. Toma como punto de partida disertación presentadas en el Seminario "Problemas de la Historia Argentina Contemporánea" (año 2010) - Centro de Estudios de Historia Política y Gobierno- UNSAM-PEHESA-FFyL-UBA, coordinado por Luis Alberto Romero y Lilia Ana Bertoni y el capítulo de libro publicado en Irurozqui/Galante (Madrid - Polifemo). A partir de 1868, la organización del ejército nacional se vio fuertemente influenciada por el pensamiento y las acciones del referido presidente electo. Para Sarmiento, el reordenamiento del ejército nacional implicaba terminar con la tradición miliciana provincial y su versión informal, las montoneras así como controlar a los gobernadores. Más allá de la violencia que acompañó la ejecución de estos objetivos, la profesionalización-centralización de las fuerzas armadas fue uno de los proyectos más atendidos por Sarmiento. Esto requirió revisar la convivencia de dos de las fuerzas que integraban el ejército y que, en definitiva, remitían a nociones diferentes del servicio de armas y de la defensa: el ejército de línea, de servicio regular y adscripto al proyecto de profesionalización, y la guardia nacional integrada por ciudadanos, organizada en cada provincia y de convocatoria eventual. Esto disparó tensiones y abrió nutridos debates en torno a la conformación del ejército nacional que se definieron a partir de estos años y que se proyectaron al último tercio del siglo XIX. Luego de su asunción como presidente, Sarmiento demandó pacificación interna y atenuación de las violentas luchas interpartidarias, que tenían por protagonistas al poder central, a los ciudadanos en armas y a la guardia nacional. Esto fue escuchado (no sin reticencias) por algunas provincias que, luego de importantes negociaciones en el seno de las dirigencias locales y con el poder central, se alinearon en la órbita de Sarmiento. La reorganización de las fuerzas militares en Tucumán fue una muestra de este comportamiento. La importante tarea de afianzamiento del departamento de policía y de la Gendarmería provincial beneficiaron estos objetivos. Sin embargo, ni la conciliación materializada en la composición de la legislatura provincial ni la reorganización de las fuerzas provinciales implicaron el abandono del binomio violencia-política. De hecho, el clima electoral fue el que en general promovió el fraccionamiento de los partidos y, más allá de la proliferación de estos últimos así como de los clubes y de la prensa como espacios de debate y de enfrentamiento político, la apelación al ciudadano en armas y la reedición del mecanismo revolucionario en defensa de la república se proyectó a los años siguientes.