IQUIBICEN   23947
INSTITUTO DE QUIMICA BIOLOGICA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS EXACTAS Y NATURALES
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Estudio de un documento escrito resguardado en el Archivo General de la Nación Argentina por técnicas de espectometría de masa de proteínas
Autor/es:
NEME TAUIL, RICARDO; PEDROTTA, VICTORIA; SCHMID, CAROLINA; NAZAR, MARIANA
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Encuentro; II Encuentro sobre Estudios e Investigaciones aplicados a Bienes Culturales; 2019
Institución organizadora:
Instituto Nacional de TEcnología Industrial (INTI)
Resumen:
Durante el año 2018 se presentó un inusual pedido a la Dirección del Archivo General de la Nación. Una de las autoras (VP) manifestaba su interés por realizar una prueba de tintas sobre una carta que se preserva en el Departamento de Documentos Escritos. Dicha carta fue escrita por el cacique indígena José María Bulnes Llanqitruz o Yanquetruz en el año 1856 y según varios indicios había sido utilizada sangre como tinta para su escritura. El objetivo de la prueba era determinar con seguridad: 1) si efectivamente la carta firmada por ?Llanqitruz? había sido escrita con sangre, y 2) si se trata de sangre humana o si era de algún otro animal. En un nivel de análisis general, la determinación del origen de la tinta con la cual había sido escrita esa carta se planteó como forma de repensar hechos que frecuentemente son tomados por verdades en el ámbito académico a través de su puesta a prueba. En el caso particular de nuestro análisis, nos interesaba saber si se utilizó sangre en su escritura en tanto esto abriría una vía de acceso para profundizar el conocimiento de la agencia indígena ?muchas veces ignorada- y de las estrategias que puso en juego este cacique de cara a las negociaciones que paralelamente entabló con el Estado de Buenos Aires y la Confederación liderada por Urquiza, en una coyuntura de extrema conflictividad dentro de la política criolla y en el plano interétnico.La carta en cuestión consta de un folio y está encabezada con el Nro. 1, sin lugar de remito, está datada el 31 de mayo de 1856, firmada por ?José María Burnes Llanqitruz? y dirigida al entonces Comandante de Carmen de Patagones, Benito Villar. A través de la carta, el cacique manifestaba ?lo que deseo se agan las pases?, además de dejar en claro que si era tomado prisionero el parlamentario ?un ?indio llamado Ladiado?- con quien le enviaba la misiva a Villar, él iba a matar una familia entera que tenía capturada. El comandante Villar le notificó inmediatamente al Ministro de Guerra y Marina, Bartolomé Mitre, la recepción de la ?carta escrita con sangre?, mediante la cual Llanquitruz manifestaba su intención de acordar las paces con el gobierno de Buenos Aires. Es esta segunda carta de Villar la fuente a partir de la cual diversos estudiosos afirmaron posteriormente que la misiva del líder indígena había sido escrita con sangre, sin haber cuestionado su verosimilitud ni plantearse otras alternativas en torno a la interpretación literal de lo dicho. Así, se construyó una afirmación que ha sido dada por válida y repetida en distintas publicaciones. Entre otros, por A. Levaggi (2000:283), quien lo tomó como un hecho, aunque aclara que no había encontrado el documento original en los archivos que consultó. También por J. Pavez (2008:271), quien le agregó a la misiva original de Villar que se trataba de una ?carta escrita con sangre que se infirió este cacique por falta de tinta? y lo da por confirmado sólo por ?el color rojizo en el manuscrito?. Cabe recordar la compleja coyuntura histórica signada por el enfrentamiento entre el Estado de Buenos Aires y la Confederación, así como por el liderazgo e influencia que Yanquetruz ejercía entonces entre numerosos grupos indígenas que habitaban los territorios hacia sur y el suroeste de Carmen de Patagones. De hecho, el cacique optó inicialmente por unirse a los opositores al Estado de Buenos Aires y protagonizó, junto a otros aliados, un malón sobre Carmen de Patagones en 1855 al frente de una coalición de unos 800 guerreros indígenas tehuelches y cordilleranos. Los meses siguientes Yanquetruz continuó realizando ataques de distinta envergadura sobre las estancias y pueblos de la frontera sur, como Juárez, Azul, Tandil, Bahía Blanca, etc. Este ciclo de conflictividad interétnica que se agudizó entre 1853 y 1855, ante el cual se hizo evidente la incapacidad del gobierno porteño de dominar militarmente a los sublevados, llevó al despoblamiento criollo de gran parte de la campaña centro-sur y al retroceso de la frontera estatal que había sido forjada especialmente durante el período rosista.La solicitud de hacer una prueba sobre la tinta de la carta efectuada a las autoridades del Archivo General de la Nación inicialmente proponía realizar la determinación de sangre por medio de la aplicación de un spray comercializado como Bluestar-Forensic Latent Blood Reagent sobre un sector del documento. Este ensayo se basa en la reacción la emisión de quimioluminiscencia cuando la hemoglobina humana, presente en la sangre, reacciona con el luminol. Ha sido empleado exitosamente en otros contextos, como objetos arqueológicos de más de 800 años de antigüedad procedentes de la puna argentina. Al ser consultadas las especialistas en conservación del archivo, que no cuenta con un área de laboratorio, no se consideró recomendable permitir un estudio húmedo sobre soporte papel. En particular, se advirtió sobre el desvanecimiento de la tinta y el estado de conservación del soporte, razón por la cual no estaban dadas las condiciones de prueba de riesgo en el largo plazo. Al descartar este método de prueba, desde el área de Desarrollo Archivístico (MN) del AGN se puso en funcionamiento toda una serie de redes de contactos profesionales que pudieran ayudar en la determinación del tipo de estudio que, dado el avance actual de la tecnología, permitiera obtener la información requerida para la investigación como así también para la preservación del documento y de los documentos que se preservan junto al mismo. De este modo, tras varios meses de consultas, se propuso desde la Dirección General del AGN a la investigadora realizar la prueba por medio de espectometría de masas sobre una pequeña muestra de la tinta de la carta. Luego de acordar el procedimiento a seguir, en marzo de este año, uno de los autores (RN) tomó la muestra de la carta en el Archivo General de la Nación, por raspado con bisturí sobre ciertos trazos que habían sido previamente seleccionados por las especialistas en conservación, a la que conservó en un recipiente libre de queratinas. Luego de su traslado al Centro de Estudios Químicos y Biológicos por Espectrometría de Masa (CEQUIBIEM ? FCEN ? UBA), comenzó el proceso de análisis. Debido a la escasez de la muestra y a los años que tiene el documento, se requirieron enriquecimientos sucesivos para aumentar las probabilidades de éxito. En una primera instancia la disolución implicó utilizar una combinación de detergentes y agentes desestabilizantes. Tras ser reducida y alquilada, la muestra se precipitó y se digirió con tripsina. Se desaló con una columna de C18 y se analizó por MALDI-TOF-TOF. Estos primeros resultados sugerían que la muestra estaba concentrada y que era sangre, probablemente humana. A continuación fue analizada por nHPLC-ESI-Orbitrap. Tras contrastar con múltiples bases de datos, se pudo demostrar la presencia de una gran cantidad de proteínas plasmáticas humanas. Si bien muchas están conservadas evolutivamente, las posibilidades de que la fuente de esa muestra sea otra especie son prácticamente nulas.El caso de estudio que se presenta aquí, además de ser único en el país, permite reflexionar sobre una variedad de cuestiones. Por un lado está el aporte que representan los resultados del análisis, que confirman el empleo de sangre para escribir una carta por parte de un cacique indígena del norte de la Patagonia a mediados del siglo XIX en el contexto de la gestación de un tratado de paz. Por otro lado, es un resultado en sí mismo el hecho de poder emplear este tipo de pruebas para la conservación de los documentos, ya que permite conocer con mayor certeza la materialidad de los documentos y así poder decidir sobre las intervenciones específicas y su conservación a largo plazo.