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La fauna en el Chaco Árido se encuentra amenazada por el avance de la frontera agrícola. A escala local también soporta la presión de la cacería realizada por los pobladores, y de la ganadería bajo monte. Con el fin de evaluar el efecto de estos disturbios sobre la intensidad de uso del ambiente de mamíferos dispersores de semillas (Chaetophractus vellerosus, Chaetophractus villosus, Conepatus chinga, Lycalopex gymnocercus, Mazama gouazoubira, Pecari tajacu y Tolypeutes matacus), colocamos 54 cámaras-trampa (activas en promedio 66 días) en el oeste de la provincia de Córdoba y el este de la provincia de La Rioja en tres tipos de bosque (primario, secundario y perisalino). La presión de caza fue inferida a través de la distancia de cada cámara-trampa a la vivienda rural (o puesto) más cercana. Estimamos el número de registros/100 días cámara para estas especies, y para vacas y cabras. Evaluamos la correlación entre los registros de vacas y cabras, y la distancia a puestos. Mediante un test de Kruskal-Wallis contrastamos los registros entre tipos de bosque. También se evaluó el efecto de la distancia a los puestos y el número de registros de ganado, sobre el número de registros de mamíferos dispersores mediante modelos lineales generalizados (GLM). No hubo correlación entre los registros de vacas y cabras y la distancia a puestos. Solo los registros de cabra y C. chinga fueron diferentes entre tipos de bosque. Los GLMs solo mostraron un efecto del número de registros de vacas sobre la intensidad de uso del ambiente de C. villosus y L. gymnocercus (negativo y positivo, respectivamente). Esto sugiere diferencias específicas en la respuesta de las especies silvestres a los disturbios locales, según la historia de vida de cada especie. Futuros análisis contemplarán el cálculo de detectabilidad y ocupación en base a un mayor número de sitios.