IDEA   23902
INSTITUTO DE DIVERSIDAD Y ECOLOGIA ANIMAL
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Nematodos fito-parásitos ?emergentes? en diversos cultivos de Argentina
Autor/es:
DOUCET ME; CORONEL N; DEL VALLE E; A. P. WIEMER; GARCÍA J; LAX P
Lugar:
Londrina
Reunión:
Congreso; XXXII Congreso Brasileiro de Nematologia; 2015
Institución organizadora:
Sociedade Brasileira de Nematologia
Resumen:
Desde hace aproximadamente seis años, se observa en Argentina que determinados nematodos del suelo de hábitos fito-parásitos, están incrementando sus densidades de población, especialmente en los cultivos de soja y maíz. Este fenómeno hizo su aparición, más o menos simultáneamente, en distintas zonas pertenecientes a regiones fito-geográficas muy diferentes entre sí, tales como las Provincias Chaqueña y Pampeana. Esto se ha observado principalmente con algunos géneros, entre los que se destacan: Criconemella, Helicotylenchus, Meloidogyne, Paratylenchus, Pratylenchus y el complejo Paratrichodorus/Trichodorus.Hasta el momento, para el género Criconemella han sido reconocidas las siguientes especies: C. curvata (Raski, 1952) Luc & Raski 1981; C. douceti (Sidiqqi, 1986) Luc & Raski, 1987; C. ornata (Raski, 1958) Luc & Raski 1981; C. peruensiformis (De Grisse, 1967) Luc & Raski 1981; C. ritteri (Doucet, 1980) Raski & Luc, 1987; C. sphaerocephala (Taylor, 1936) Luc & Raski 1981; C. talensis Chaves, 1983; C. xenoplax (Raski, 1952) Raski & Luc, 1981. Además, se han detectado varias poblaciones para las que no se conoce su identidad específica. Fueron halladas en suelo relacionado principalmente con cultivos hortícolas, así como con pasturas naturales, cítricos, caña de azúcar, papa y soja. Recientemente, una especie aún no identificada y representada por numerosos especímenes (hasta 1400 individuos por cada 100 gramos de suelo), se extrajo de un lote cultivado con maní.El género Helicotylenchus posee una amplia dispersión en el país. Han sido detectadas en asociación con una gran cantidad de vegetales, pertenecientes a diferentes familias, las siguientes especies: H. digonicus Perry, in Perri, Darling & Thorne, 1959; H. dihystera (Cobb, 1893) Sher, 1961; H. multicinctus (Cobb, 1893) Golden, 1956 y H. nannus Steiner, 1945. Además, se citaron numerosas poblaciones sin mención de la especie correspondiente. Con frecuencia, sus densidades de población rara vez eran superiores a 100 individuos por cada 100 gramos de suelo. Aparecían en todo tipo de suelo, tanto cultivado como no cultivado y las plantas que allí crecían no mostraban síntoma alguno de debilidad. Actualmente, se ha observado que tres especies estarían afectando el sistema radical en cultivo de maíz y soja, con densidades de población muy superiores a las registradas para años anteriores. En lotes de maíz ubicados en las provincias de Santa Fe y Tucumán, por ejemplo, se contabilizaron hasta 3800 y 2300 especímenes por cada 100 gramos de suelo, respectivamente. En la provincia de Córdoba, se constató en las últimas campañas de ese cultivo la aparición de superficies de dimensiones variables en las que las plantas presentaban menor tamaño, entrenudos cortos, hojas amarillentas, tendencia a la marchitez y reducido volumen de raíces. La producción en esos lotes ha sido prácticamente nula; las mazorcas eran muy reducidas así como la cantidad y dimensión de los granos. Los daños mencionados estuvieron relacionados con densidades de 1600 nematodos por cada 10 gramos de raíz. En esos ataques severos, es frecuente que especies de este género sean las dominantes. En Córdoba particularmente, tendría amplia difusión H. dihystera. Actualmente, se realizan estudios taxonómicos acerca de las distintas poblaciones detectadas en el país, con el objeto de conocer su identidad específica. Es importante señalar que en varias oportunidades los resultados citados provienen de lotes en los que normalmente se establece una rotación soja-maíz. Es de hacer notar que las elevadas densidades de población mencionadas, no son circunstanciales ya que esos valores se han mantenido en las últimas campañas.La distribución geográfica del género Meloidogyne en el país, es igualmente muy amplia. Han sido señaladas las especies: M. acrita Chitwood, 1949; M. arenaria (Neal, 1889) Chitwood, 1949; M. chitwoodi Golden, O?Bannon, Santo & Finley, 1980; M. cruciani García Martínez, 1962; M. decalineata Whitehead, 1968; M. hapla Chitwood, 1949; M. incognita (Kofoid & White, 1919) Chitwood, 1949; M. javanica (Treub, 1885) Chitwood, 1949; M. naasi Franklin, 1965 y M. ottersoni (Thorne, 1969) Franklin, 1971. Además, fueron citadas más de cien poblaciones cuya identidad específica es desconocida. Parásitas de gran cantidad de hospedadores, afectan el desarrollo y producción de todo tipo de cultivos entre los que cabe citar: hortícolas, varios extensivos, frutales, forestales, aromáticos y ornamentales, entre los principales. Es muy conocida la seria incidencia que M. incognita y M. javanica tienen sobre la soja. Recientemente, se observó que la primera especie puede atacar - además - raíces de maíz y zanahoria, ocasionando en ambos casos, graves daños al sistema radical de las plantas y comprometiendo seriamente su producción.El género Paratylenchus ha sido detectado en varias provincias del país; fueron identificadas las especies P. hamatus Thorne, 1950 y P. neoamblycephalus Gerbert, 1965, así como alrededor de 50 poblaciones señaladas como Paratylenchus sp. Este nematodo ha sido asociado con numerosos vegetales, entre los que se destaca el cultivo de soja, con densidades de población que han alcanzado los 1856 individuos por cada 100 gramos de suelo.Pratylenchus está igualmente muy disperso en el país. Las especies conocidas son: P. agilis Thorne & Malek, 1968; P. brachyurus (Godfrey, 1929) Filip?ev & Schuurmans Stekhoven, 1941; P. delattrey Luc, 1958; P. goodeyi Sher & Allen, 1953; P. hexincisus Taylor & Jenkins, 1957; P. penetrans (Cobb, 1917) Filip?ev & Schuurmans Stekhoven, 1941; P. pratensis (de Man, 1880) Filip?ev,1936; P. pseudopratensis Seinhorst, 1968; P. scribneri Steiner, 1943; P. thornei Sher & Allen, 1953; P. vulnus Allen & Jensen, 1951 y P. zeae Graham, 1951. Relacionados con el sistema radical tanto de plantas cultivadas como no cultivadas, por lo general aparecen en reducidas densidades de población. Existirían dos excepciones: una de ellas menciona un severo ataque en maíz ocasionado por P. zeae en el norte de Argentina. Recientemente en ese mismo cultivo, fueron contabilizados alrededor de 500 nematodos por cada 100 gramos suelo, pertenecientes a una especie actualmente en estudio, muy similar a P. neglectus (Rensch, 1924) Filipjev & Schuurmans Stekhoven, 1941.El complejo Paratrichodorus/Trichodorus, como en los casos anteriores, aparece diseminado en todo tipo de suelo (cultivado y no cultivado) en numerosas localidades del país. Han sido citadas las especies: P. minor (Colbran, 1956) Siddiqi, 1974 y Trichodorus obscurus Allen, 1957, además de numerosas poblaciones sin indicación de sus identidades específicas. Recientemente, se observaron raíces de maíz con los típicos síntomas descriptos cuando ocurren ataques de algún nematodo de estos géneros.Así como a lo largo de ciclos climáticos se observan sucesiones de especies vegetales en diversos ambientes, pueden aparecer distintos nematodos en un mismo lugar en diferentes momentos. Sin embargo, las elevadas densidades de población registradas últimamente para algunos géneros, no se relacionarían con las mencionadas sucesiones. Probablemente sean debidas a la implantación de nuevos cultivares muy susceptibles a esos parásitos o a cambios particulares en las condiciones del medio. Entre estos, el calentamiento global que afecta a nuestro planeta en general y a regiones de América del Sur en particular, podría ser una explicación (que deberá ser demostrada). Los severos ataques de Helicotylenchus a raíces de maíz constituyen una alarma con respecto a la sugerida rotación con soja. Datos preliminares permitirían inferir que la soja es también susceptible a Helicotylenchus y que el maíz podría ser afectado por alguna especie de Meloidogyne. De ser así, ambos cultivos potenciarían la multiplicación de esos nematodos, contribuyendo a una mayor infestación de los suelos. Por esa razón, será necesario adoptar estrategias diferentes a las ya conocidas para el manejo del problema.