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La translocación de animales a un nuevo ambiente implica la exposición a un nuevo conjunto de estresores que pueden influir en la supervivencia post-liberación. El objetivo de este trabajo fue monitorear la respuesta adrenocortical de ñandúes adultos (Rhea americana) translocados desde un ambiente de cautiverio hacia un agroecosistema. Luego del transporte y previo a la liberación, los animales fueron mantenidos durante tres días en un corral a los efectos de realizar una liberación ?suave?. En cada una de las etapas de la translocación se recolectaron muestras de heces para la determinación no invasiva de los niveles de metabolitos fecales de glucocorticoides (MFG). Previo al transporte, los niveles de MFG registrados coincidían con los valores basales para esta especie (13,31 + 1,89 ng/g para machos y 6,99 + 1,14 ng/g para hembras). Mientras se encontraban en el corral de pre-liberación, en el primer día post-transporte, los niveles de MFG fueron mayores a los basales (20,19 + 2,47 ng/g para machos y 22,03 + 3,52 ng/g para hembras) y se recuperaron al tercer día. Desde el día 1 a 60 post- liberación, los niveles de MFG fueron mayores a los basales y se mantuvieron elevados durante todo el período monitoreado (31,13 + 4,54 ng/g para hembras y 42,34 + 4,81 ng/g para machos). Si bien el transporte desencadena una respuesta aguda de estrés, se observa que los ñandúes se recuperan rápidamente. Sin embargo, no ocurre lo mismo cuando se los libera a la vida silvestre en donde los niveles de estrés permanecen elevados en el tiempo. Estos resultados son consistentes con una respuesta crónica de estrés que puede ser debida al ambiente desconocido y a factores antropogénicos eventuales que existen en el agro-ecosistema, como perros y cazadores, que pudieron contribuir a mantener incrementados los niveles de estrés de estos animales